Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

martes, 18 de septiembre de 2012

Bife a la gomina

  

       En el mes de marzo de este año del Señor 2012 tuve la gracia o la desgracia de trabajar de lavacopas. En la calle se dice bachero. Es como cuando al taxista o taximetrero le dicen tachero. Suena horrible. Lo primero que me dijeron al llegar a ese hermoso restaurante de Puerto Madero es que yo iba a estar en la bachasa. Suene repugnante. Asco a los oídos. Lo mismo que bacha. Inmundicia moral y auditiva escuchar esa palabrota. Peor es ganar dos mil cuatrocientos pesos por mes por ese trabajo esclavo. Todos los días era llegar a las nueve de la mañana y limpiar el salón y los baños. Al mediodía era lavar platos y ollas sin cesar hasta las cinco de la tarde. Hasta las seis me tocaba baldear como un negrito candombero todo el lugar pero casi siempre me terminaba yendo a las siete de la tarde (a esa misma hora entro al CBC).

        Lo único bueno del trabajo era la comida .Espectacular .En Campo dei Fiori se come de manera sublime. Una delicia. Lo mejor en pastas, carnes y pescados. La atención vale once puntos. Muy buenos chicos los mozos. Es verdad que siempre hay un negro que lava los platos a toda velocidad para que ellos se lleven la propina y se luzcan ante la gente pero tengo que reconocer que a veces me tiraban un hueso (a los perros se les tira nada más que un huesito cosa de que no se acostumbren mal porque peor es nada y es lo que hay). También tengo que decir que la higiene era de diez. Yo soy una persona muy limpia y no toleraría trabajar en medio de la mugre y los roedores. Puerto Madero está lleno de ratas pero el restaurante es muy limpio y ordenado. Es cierto que es caro pero vale la pena. Yo lo recomiendo. Si tuviera plata iría a comer ahí a pesar de que haya tenido una mala experiencia con la encargada del lugar (una soberbia llamada Celeste).
  
          Todas las mañanas me levantaba a las siete para ir a trabajar. Amanecía hecho percha por llegar a las doce de la noche de la facultad y por lo extenuante del trabajo. Parece que no pero cansa estar dele que te dele con esas ollas conchudas del demonio. Al ser un lugar pequeño no había espacio para un lavavajillas. Era todo a pulmón. Para colmo, tres veces por semana había que recibir al proveedor y hacer carga y descarga de mercaderías. Terminaba fusilado. Así todos los días. A todo esto, tenía que viajar en el 150 muchas veces parado. Por esto del Plan Coger la gentuza se llena de hijos y uno no tiene lugar donde sentarse. Por más que uno vaya al fondo del colectivo siempre hay que levantarse para ceder el asiento a esos conejos de apariencia humana. Así viajaba yo todos los días: Renegando con esas viejas gordas y malolientes llenas de crios con olor a mierda. Parece un chiste que la pelotuda de Lubertino quiera meter animales en el transporte público. Ya creo que tenemos bastantes que andan en dos patas. No digo que sea como en USA donde los negros debían dejar que los blancos se sienten; simplemente digo que deberían existir coches furgón como en el tren. Allí deberían viajar los perros, los gatos, las cabras, los chorros, los borrachos, los drogados, los travestis, los que llevan bultos, los que te tocan el bulto, los que no se bañan, los que tienen bicicletas, los que fuman y todos aquellos contingentes numerosos que se llenan de pibes para recibir la beneficencia estatal. Eso ocurre en los trenes gracias a los furgones .En los demás vagones no se viaja bien pero se está mejor que en el furgón.

           No todo es tan malo en el 150. Es cierto que yo vivo en Lugano y que en mi barrio se suben de prepo los pibes que van a comprar pasta base a Soldati. También es cierto que atravesar la zona de la cancha de San Lorenzo es complicado. Lo único bueno que hizo el Kirchnerato es mandar Gendarmería por todos lados. Es mentira eso de la educación como raíz de todos los males. Es necesario darle seguridad a docentes y alumnos ya que no se puede enseñar o aprender con bandas armadas amedrentando a las distintas comunidades educativas. Se necesita del orden como base para cualquier tipo de progreso en cualquier aspecto de la vida ciudadana. Puro chamuyo comunista eso de que la policía no tiene que existir y que la mano dura no soluciona nada. Hasta un gobierno montochorro como este llama a los militares para poner orden (la GNA es una fuerza de naturaleza militar que nació en el seno del Ejército Argentino con el fin de cuidar las fronteras de la Patria de los chilenos y que tuvo el honor de pelear valientemente en nuestras Malvinas que son y serán argentinas). Omitiendo la mentira de los Derechos Inhumanos, en el 150 suelen darse situaciones muy graciosas como la que voy a contar a continuación...

                Una mañana viajaba sentado de milagro. Había llegado hasta Pompeya logrando la epopeya de mantener mi culito blanco en un asiento. En ese mismo colectivo viajaban tres o cuatro obreros más un tipo de mediana edad que ejercía una especie de liderazgo moral por su carisma y su sentido del humor. Por dar un ejemplo, uno de los laburantes dormía o intentaba dormir pero los interminables monologos del payaso se lo impedía."Callate viejo pelotudo. Quiero dormir". A lo que el tipo contestó: "El colectivo no es para dormir cornudo de mierda". Así estuvo todo el viaje tratando de "corneta" a cada uno de sus amigos y diciéndoles malas palabras permanentemente. Yo intentaba evitar la risa pero era más fuerte que yo. Todos los pasajeros se reían. Este hombre podría haber sido rico por sus chistes. Lástima que los medios esten llenos de putas baratas que no hacer reir ni a una hiena. Ni siquiera deben ser buenas en lo que hacen porque para cogerme a un pedazo de plástico prefiero hacerle un agujero al televisor o a la computadora.

                     Ya en avenida Caseros se bajó una vieja teñida de rojo. No parecía pelirroja. Se notaba que en vez de teñirse en una peluquería había ido a un chapista en avenida Warnes. El payaso de la línea 150 dijo lo siguiente: "Esa vieja tiene un papagayo en la cabeza". La risa estalló en el colectivo como el pedo de una vieja resentida; vieja amarga que se desquita sus broncas existenciales cagándose en los demás. Yo casi termino orinándome de la risa. Hacía mucho que no me reía así. Sé que a veces parezco un tipo serio por peinarme con gel según la usanza de nuestros abuelos pero nada que ver. Soy el tipo más alegre de todo el mundo. En aquella epoca el único momento de ocio que tenía era arriba de un transporte público. Recuerdo que yo seguía riéndome aún cuando la unidad había doblado adentrándose en la avenida Entre Ríos. Pronto tendría que bajarme a la altura de avenida Belgrano para tomar el 103 (esta línea de coches colorados termina en la puerta de ese maravilloso restaurante que es Campo di Fiori).

                          Tanto me reía que el tipo se dio cuenta y me tomó para el chiste a mí también (se había cansado de bromear con sus amigos).Yo estaba sentado delante de él. Por el medio del colectivo estabamos los dos. Se sabe que en los últimos asientos el motor de la máquina te quema el culo y que en los primeros asientos uno dura menos que un pancho ya que suben los viejos, las embarazadas y todo ese largo etcétera. Decía que iba en el medio del bondi sentado adelante del animador de la 150. Con voz muy seria le dijo a un amigo y compañero suyo que estaba a su lado: "A este le voy a volar la gomina de un bife si se sigue riendo". Yo empecé a reirme bajito porque no quería ser tomado para la opereta pero todo ese día y toda la semana estuve riéndome como un pelotudo a causa de este hecho histórico para el humor argentino.

3 comentarios:

  1. Leí este artuculo y el que titulaste "cosmopolita". La verdad que muy buenos. Sos buen escritor y muy gracioso. Te felicito.

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  2. Camarada:
    Le agradezco mucho su comentario e interés.Gracias a Dios el nacionalismo avanza.Todos sabemos que el Gobierno miente.Mi idea es demostrar con sentido del humor que estamos inmersos en una pesadilla plutocrática por culpa de cipayos,vendepatrias y sionistas.Muchos saludos.

    Alan.

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  3. "conejos de apariencia humana"
    "para cogerme a un pedazo de plástico prefiero hacerle un agujero al televisor o a la computadora."
    "Se notaba que en vez de teñirse en una peluquería había ido a un chapista en avenida Warnes."
    "Esa vieja tiene un papagayo en la cabeza"
    "A este le voy a volar la gomina de un bife si se sigue riendo"

    Las mejores frases, a mí entender. Cómo me cagué de risa con esas no tiene nombre.

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