Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

sábado, 23 de marzo de 2013

El amanecer de los cartoneros muertos

    

        
   ¿No pasa más el tren blanco? No pasa más. Parece que en un vagón iban muchos vagos y en otros furgones viajaban muchos ladrones en fugas ácidas y furiosas. Ahora pasa un tren fantasma que nadie quiere ver porque se lleva puesto lo poco que le quedó de decencia a esta sociedad demente. En el andén, una vieja espera sin saber que por ella no vendrá el tren sino la muerte que la arrojará más allá del terraplén. La locomotora de sueños húmedos y pechos duros pasa a altas horas de la noche sin que nadie pase cerca de ella. La ciudad duerme o la duermen mientras la saquean toda, todita (ella dormidita y mojadita por lluvia de besos precoces).

  Atrás, en los camiones de la cooperativa, viajan los que ya están de vuelta: viajes de ida para los que son cirujanos de basura. "Cirujas", según el pueblo que mira a la distancia con cara de nada y una mariposa en el ombligo que le lleva facturas de grasa. Lejos de casa, los obreros del cartón se revuelcan en los restos de una tarde que murió sin haber nacido. Estrellas frías recalcan lo dura que es la calle y la realidad.
             
 Vientos de ojos y pieles de soledad estampan contra una vereda una botella de cerveza y una canción en los labios de Raúl, que pregunta dónde está su hija Lu. Amenazas de un portero que lo único que dice es "policía, policía" apuran el paso de los borrachos de papel. Camiones jaula llevan a su vez otras jaulas que encierran árboles devenidos en residuos varios que pronto volverán a ser reciclados (el ciclo de la reencarnación papelera solo termina en el papel higiénico, no sin antes vivir en escritorios y escritos vanos de burócratas que están en vano). El pantalón se lleva las manchas del cordón y Raulito toca antes de que le hagan tocar el pianito en la Seccional.

  Nadie niega la bondad del Papa de cartón otrora Cardenal de chapa y ladrillos pelados. Su Santidad lleva el barro del barrio en sus zapatos, pero a veces no basta la humildad del siervo. Hace falta que la Reina funda el oro de su corona para que Raúl y Luciana coman esta noche, en vez de tomar un maté cocido con gusto a podrido. ¡Sería todo tan fácil si se pudiera comer con apenas seis pesos! ¿El hijo que Luciana lleva en la panza será una especie de mesías villero que cambie la  realidad de su pueblo casi sin historia?

  Tirando del carro Raúl y Luciana tratan de evitar que la vida los tire a un pozo como más de una vez lo hicieron los malandrines de Ingeniero Budge. Lu no sabe que Matías le llenó la cocinita de humo. Ella mira al frente mientras va dejando atrás los desperdicios de una ciudad que a ella la trata como una basura. La caridad de la Iglesia es mucha y sirve de gran ayuda, pero más serviría que la caridad fuera una forma de gobierno y no apenas la virtud de un puñado de católicos. El Tren Bala pasa en historias asesinas de barrios sin agua ni electricidad. Leyendas urbanas que nacieron el día en que un turco volador quiso llegar a la estratósfera en un avión cagador.

 Raúl y Lu caminan al lado del Riachuelo siguiendo el humo que les vendió un vivo de la línea 28. Un trabajo que no llegará jamás para un señor de 45 con cinco hijos. El tipo pasó arriba de su barco con ruedas tocando bocina como si eso fuera un gesto de amistad. ¡Por lo menos los infelices que van arriba del bondi tienen un laburo en el Centro aunque más no sea de mucama o ayudante de cocina! En el país de los meretrices, las calles de la Capital están empapeladas con fotos de señoritas en paños menores y números de teléfono. Estoy seguro que esas chicas no son promotoras de alguna casa de lencería. ¿Alguien se dio cuenta de que  muchas de esas pobres criaturas alquilan sus cuerpos porque alguien les obliga a ello? Todos los políticos y empresarios manejan la trata de personas desde el momento que fomentan la injusticia social; la misma que obliga a muchas mujeres a realizar la profesión más antigua del mundo.

  ¿Qué hay? Nada. Para entrar a la Municipalidad de Lomas hay que chuparle el culo a un delegado que a su vez le chupa el culo a un intendente. ¿Raúl le tiene asco a la mierda de estos politicastros? No, es que hay tantos chupaculos que hoy en día ser un chupaculos es un privilegio del capitalismo de amigos vendido como Socialismo del siglo XXI. ¿Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires? Otro imposible. Todo es imposible. Es como intentar conseguir un puesto en la empresa que recoge los residuos. Todo es por acomodos y acomodados, todo es mentira por más que el burgués viaje en coche. No hay lugar para todos. Si mandando cartas a un gobernante se consiguiera trabajo, no tendría que existir la desocupación y la pobreza. Evidentemente, no hay recetas mágicas para el desempleo. Para que algunos ganen es necesario que otros pierdan.

- Nena, cuando termines el secu podés estudiar enfermería. -
- Sí, ganan mucha guita esas yeguas y se rascan la argolla.-
- Sí, el otro día a tu hermano lo tuvieron tres horas en la guardia.-

   Diálogos de un día gris y sin alma. Suicidios de tardes que caminan casi descalzas con rumbo al colegio nocturno. Panzas que crecen sin saber. Pitadas de cigarrillos que matan sin que el suicida se dé cuenta de que se está quitando parte de su vida. Dar y quitarse es darse un problema más para resolver. Humos, columnas de humo que suben al firmamento como si los vecinos de la Ribera pretendieran echar a Dios del cielo. Humo que sube a cada nube y que luego cae en las lágrimas de unos ángeles irritados por ver tanta miseria, tanta mierda. Riachuelos que se pierden en las narices de unos niños que nacieron con malformaciones genéticas (los verdaderos monstruos son los que permiten que estas cosas sucedan).

  ¿Noches mágicas? Un viudo no sabe de magia sino de la mala praxis de un hospital saturado por gente venida de todas partes. Pobreza global. Esa es la igualdad de la globalización. Pura mierda, pura nada. No creo que nada bueno pueda nacer de una realidad que solamente sueña con jugar un Mundial de Fútbol. Torpezas de un tiempo que no puede caminar sin la ayuda de una pastilla que mate todos los dolores antes de que los dolores maten. Por todas partes, gente con hambre pidiendo soluciones a un Estado siempre ausente. Los medios dicen que la delincuencia es fruto de las desigualdades sociales. Si es así, y de hecho es así, es por causa de un gobierno con más de diez años en el poder que nada hizo al respecto. De lo contrario, los frutos desmentirían todo lo que digo. ¿Me equivoco? Todavía le van  a seguir echando la culpa a la puta Dictadura? ¿El Menemato? Con diez años de Kirchnerato encima, hay que hablar de otra cosa.

  Todo lo que Raúl vive a diario es una calamidad. De cuatro varones que tiene, dos juegan al fútbol. ¿Con qué cabeza jugarán esos pibes a sabiendas de que no tienen otra chance en esta vida? Los Recursos Inhumanos de las empresas piden gente de veinte años de edad con cuarenta de experiencia. Todos imposibles para que solamente los hijos de la élite tengan la posibilidad de acceder a un buen trabajo y a una buena universidad. ¿Buena presencia? ¿Los pibes que comen en casa de sus amigos pueden comprarse buenos trajes y buenos perfumes y buenos zapatos? ¡La cara curtida por el sol y las manos ajadas por el trabajo no son una buena carta de presentación! Los nenés de mamá heredan la riqueza de sus familias y el trabajo en la oficina de papá mientras que los negros tienen que yugarla todos los días por un puto pedazo de pan. ¿Cómo termina esto? Parece que nunca tendrá fin el dolor de gente como Raúl y Luciana.

- ¿De quién es ese hijo que llevás en la panza? -
- ¡De Matías! -
- ¿Por qué no se quiere hacer cargo ese hijo de puta? -
- ¡Porque es un hijo de puta!

  Historia de niños sin padres y promiscuidad sexual se condensan en un aire espeso. Nieblas y tabacos enrarecen aún más la atmósfera de gritos y peleas varias. La lluvia golpea como balas el techo de chapas mientras una rata trata de escapar por el agujero que hay en la pared de ladrillos. De fondo se escucha un concierto en el Autódromo (mejor es escuchar el ruido de una banda de rock y no el ruidazo infernal de unos coches endemoniados como un grupo de viejas locas y rengas). Frío en la habitación y cara de consternación en los chicos al enterarse de que pronto serán tíos (toda la vida es mejor ser familiar de una vida y no de un aborto cuyo destino es un tacho). La vida es vida por más que nazca en medio de la muerte y el no saber.

  Cada vez que Raúl piensa en Matías, se pone rojo de furia y le da piñas a las paredes sin revocar. Tardes de mierda en el hospital público para la piba que se amargó al saberse madre soltera mas no asesina aplaudida por un grupo de femitrolas. Ninguna femitorta pudo convencerla de abortar ya que el amor a la vida siempre puede más. Lo seco de un atardecer sin sol pasaba en medio de lágrimas amargas y voces perdidas en el fondo de una sala. Tragedias de una clase siempre olvidada por la partidocracia. No hay nada para el pobre si éste no nada contra la corriente.

   ¿Cómo puede cambiar la historia que parece que no cambia nunca? Tal vez un final ahora sería simplemente eutanasia y no la "muerte digna" de la que tanto hablan los asesinos comunistas de siempre. No, voy a seguir contando por más que ya no dé más de tanto cantar y voy a seguir cantando por más que ya no dé más de tanto contar (y si no doy, me quitan, así que prefiero dar a la caridad antes de que los ladrones y la polillas hagan nada de mi tesoro). Unas palabras más quizás puedan tapar tantos silencios que gritan con fuerza en la conciencia. ¡Pensar que yo me lamento al recordar las noches que pasaba limpiando el piso en el Jumbo de Almagro! Sueldos de miseria y hambre para todos y a dar gracias porque recoger cartones es peor y más triste...

   Una chica linda como Luciana recoge los cartones sin pensar que el boludo que se la recogió va a tomarse el palo. Lejos del barrio, nadie sabe adónde fue el padre de una panza de nueve meses que un día estalló en un gesto de amor (la criatura nació sin Dios, en un hospital sin crucifijos, pero a los días se bautizó). Gente sin nadie en este mundo. Pobreza infinita para almas finitas que contemplan la vida desesperadas al costado de la vida. Ningún muerto tristemente célebre por sus latrocinios ayudó a esas pobres vidas heridas y sufrientes...

  ¿Sería mentar a Dios decir que un día Thiago, el hijo de Luciana, creció y fue un revolucionario finiquitado en una barricada frente a la Plaza de Mayo? "El amanecer de los cartoneros muertos", la gran revolución frustrada de este siglo, lo fulminó junto a ese grupo de zombies pacoadictos que un día se levantó contra el Gobierno del corrupto e inepto de Mauricio Macri.  Máximo Kirchner, que dirigió la rebelión desde alguna republiqueta bananera, se lavó las manos de la sangre del inocente (esto no pasó más que en mi clarividencia, pero todo lo que en ella pasa termina en la realidad). Caos del ayer que se prolonga en la mañana (mañanas sin mañanas para una Patria sin Patria).

No hay comentarios:

Publicar un comentario