La ciudad se inunda. Buenos Aires hace agua por los cuatro costados. Ya casi no existe nada. Es precioso saber que un día como hoy estés leyendo esto cuando podrías ahogarte en un vaso de agua. ¿Cuál es el precio que tengo que pagar para tomar un café con vos? 2 de abril bajo la lluvia de ángeles y rameras. Mentiras que se decantan como verdades exageradas por un impostor mal llamado periodista. Las naciones caen pero el Nacionalismo se levanta cada día más. ¿Será que me estás viendo? ¿Dónde estás? Tal vez no existas, quizás seas solo una construcción de mi mente.
Creo que cuando se habla tanto de construcción cultural y deconstrucción y estructuralismo y posmierdismo solo se consigue destruir la sociedad bajo un andamio de intelectualidad light. ¿No te parecería más lindo despertarte entre mis brazos en vez de seguir durmiendo en los abrazos de la puta posmodernidad? No sé si sabés de verdad lo que decís que sabés. De verdad que no lo sé ni sé si del otro lado se siente lo que yo siento de este otro lado de la pantalla.
Tal vez no te ame de verdad, quizás necesite una interlocutora imaginaria. Más amo a la imagen que tengo de vos que a vos misma. No creo que esto te guste. Tal vez te amo de verdad pero soy tan orgulloso que lo niego en pos de atraerte. ¿Histeria? Podría ser. Bah, yo solo siento ganas de jugar un rato. No puedo permanecer mudo de los dedos si mis ojos quieren escuchar letras nuevas. Ahora, ya que sos un invento mío, voy a borrarte de un plumazo: te voy a dejar más blanca de lo que ya sos porque vos sos el espacio que dejo acá abajo...
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