Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

lunes, 15 de abril de 2013

Fiebre y temblores

    

      
      
       En pañuelos blancos vuelo al calor más grande que hay en mi cabeza. No puedo descender. Estoy atrapado en esta enfermedad que cada tanto me asalta. Frío es lo que siento y eso hace que me caliente la carne como si esta estuviera puesta en la parrilla de la esquina. Me estoy quemando de tanto tener escalofríos sin final. Es todo muy raro. Si escribo mal es porque soy un pésimo escritor, lo sé, y porque no tengo nadie que me inspire en mis ratos libres. Ningún momento de distracción en medio de esta ciudad de odio y de fatiga. Nunca vuelve a mí la magia.

         Me siento encerrado por palabras que son hechos ajenos mas nunca propios. Yo quisiera escribir oraciones largas, bien largas y subordinadas a sí mismas pero me encuentro ya sin fuerzas y siento que se me corta la respiración. Hablo rápido porque pienso rápido y mal en el fragor de esta calentura nocturna sin abrazos ni besos. En la soledad de mi ventana "riachuelense" busco un paisaje mejor que las luces de Lomas de Zamora y la quietud del lago del Autódromo. Diez niveles de desesperación sobre una existencia saturada de sí. Me siento mal por esforzarme a cambio de las sobras. Creo que un perro come mejor que yo.

           El trabajo es salud si es en blanco. Si es en negro, creo que es peor que la enfermedad misma. Cuando uno trabaja en la calle y sin papeles, está expuesto a multitud de accidentes y lesiones que solamente Dios pagará. Es triste pero no soy el único peón que está en la calle totalmente regalado (un ajedrecista "ruso" nos mueve y ay de nosotros si nos lo movemos a él). El yo pasa a ser nosotros en esta dura realidad social que atraviesa la Argentina. Caos, caos de caras y de pueblos y abominación a los ojos del Señor esa mentada fraternidad de masones, ateos y comunistas.

            Espejos de una tarde sin cristales se elevan en medio de la vereda jamás redimida por baldazo alguno. En el aire flotan papelitos que muestran mujeres como objetos y en el cielo no se ve nada más que las marquesinas de un banco propiedad de algún oriental o medio oriental (el imperio del dinero sienta sus reales en todas partes y se caga en nosotros pues sólo somos números de una calculadora de Satanás). A veces quisiera perderme en un vendaval de tiros y de trompadas para no despertar jamás. Vano es atravesar la ciudad como un pobre miserable encargado de limpiar la soberbia ajena.

              Ya no hay que decir, hay que hacer. Y yo ahora pretendo dormir la eternidad del sueño para luego renovarme y transformar la vigilia a imagen y semejanza de mis amaneceres irreales. No hay nada, no, no hay; no hay nada que me libre de la insoportable carga de ser yo en medio de obligaciones impuestas, usureros, deicidas, comisarios, prostitutas, feministas y feministos, tarados, mequetrefes y merengues que se la dan de bananas (de solo pensar en las frutas y los dulces me asaltan deseos de tomar licuado pero al ver el origen de la mercancía siento ganas de vomitar). A veces prefiero morirme de hambre en vez de comerme a los salames que se venden como plato fuerte cuando en verdad son pura grasa, puro asco...
           

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