En la vida tengo una única obsesión y es andar lugares nuevos todo el tiempo. Incluso hallo nuevo lugares por los cuales pasé mil veces. Siempre encuentro una casa que no he visto antes con la debida atención o un árbol que me trae algún aroma particular. No sé por qué pero me fascina caminar y viajar en tren o en colectivo con la condición de ir sentado y al lado de la ventanilla. Es increíble pero me atrapa la idea fija de recorrer todas las cuadras de Buenos Aires. Cada vez que puedo salgo a patear por la ciudad y eso me hace muy feliz. ¿Alguien me podría decir a que se debe mi entusiasmo por los paisajes urbanos?
Siempre sueño con trenes, autopistas, calles nuevas, cuadras viejas, casas antiguas, paseos por la zona del río, esquinas poéticas y otras delicias de mi inconsciente. Seguro habrá algún freudiano que me diga a que se deben los sueños tan recurrentes sobre estaciones de tren y plazas varias. No sé. Constantemente tengo en mi mente fotos nocturnas de barrios que tal vez no existen más que en mi imaginación. Aunque no todo es obra de mi cabeza: Me ha tocado tener premoniciones, ver lugares que no conozco y luego conocerlos en la vida real. ¿Por qué será?
Hoy quería mencionar esto solamente. Nada más que para acordarme en un futuro no muy lejano en el que no pueda soñar ya. Tal vez llegue el día en que duerma poco y me la pase corriendo de aquí para allá. No sé. Me imagino yendo por todos lados para hacer realidad mis sueños de rutas, micros, trenes y caminatas interminables. Entonces sabré el por qué de la marcha en el momento en que me detenga. Luego seguiré adelante soñando despierto los caminos que alguna vez mentó mi almohada árabe...
¿Sabe usted el porqué de la sed de parques?
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