El Dios vivo estaba en aquel que un día había salido de lo peor de la rutina. Es verdad que no se elige familia, nación o raza pero la intención de todo esto es conservar la individualidad cosa que bien había hecho el personaje de la historia. Al final de cuentas, lo que uno es prevalece siempre y cuando uno sea capaz de ser. Ahí es cuando empieza la historia del héroe hacedor de su propio destino. Quien se hace a sí mismo forja a los demás trayendo una nueva forma de colectivismo...
El héroe no tenía nombre sino imagen: luz y luz era su figura brillante entre todas las cosas. Por esto no vale la pena ponerle un nombre a quien fue más que cualquier hombre...
El héroe escapó de una nube de gas que lo tenía encerrado en una gran pesadilla. Una ciudad que era la flatulencia del sistema otrora lugar grato para respirar. Ahora era el tiempo de la muerte y nuestro personaje apenas había empezado a vivir.
Es verdad que el ser humano se ahoga en un vaso de agua. Todo porque ellos - los malos - no quieren que veamos el mar. Menos mal que existió alguien que pudo ser distinto en el tiempo de los iguales. Ese alguien es el corazón de la historia...
Lejos del tráfico de dioses habíase ido el hombre. Sin más ni más que su coraje, él se enfrentaba al peligro cara a cara. Parece una burla lo que digo pero ¿no se merece una flor quien supo matar a la rutina? Tiempo es de matar a estos tiempos asesinos de los héroes y los vencidos...
Poseedor de una gran bibloteca mental, el fugitivo del sistema pasó desapercibido entre todas las personas. Puede decirse que tuvo un dios aparte en esa capacidad de lectura que lo ayudó a ser genial entre todos los gentiles. Chispa de creatividad para dar su poesía de pueblo en pueblo a cambio de un plato de comida y un techo.
Los libros eran la ayuda que Dios le dio; la ignorancia de los hombres habíase convertido en el imposible dado por los macabros dominadores de esta tierra. Horroroso pero salir a andar los caminos de este mundo puede significar transpasar la línea que divide a la vida de la muerte.
Una tarde se presentó la Muerte ante él...
- ¡Oh extraño caminante proveniente de las tierras llenas de plata! ¿Adónde pasar quieres si todavía estás vivo? -
- Muerte que el tiempo se ha llevado: dime una cosa verdadera y yo te diré otra. -
- Lo único que te digo es que soy mujer y nada más. Por eso destruyo a todos los hombres sin importar la raza, nación o religión del individuo. Tampoco me fijo en la edad ni en esas cosas de la moral porque yo me devoro a todos sin miramientos. -
- Yo no tengo nada interesante que decir y por eso callo. Lo que sí quiero es saber mi hora. -
- Eso es asunto tuyo, de tus circunstancias, del mundo y, en última instancia, del mismisimo Dios que aparece con el voto de desempate propio de un Rey en una corte de vulgares electores. Por otra parte, yo he de irme diciéndote que tu peor enemigo ya ha sido vencido. -
- ¿Quién? -
- El Miedo era tu adversario pero lo has eliminado convirtiendote en tu propio Señor; ahora tendrás que enfrentar a la soledad pero tus libros te ayudarán una vez más. -
- No entiendo. -
- El ingenio te iluminará como lo hace siempre. Eso sí, esta charla no tiene sentido porque hay muchas vidas que me esperan. Me marcho en este instante porque debo ir a destruir algunas familias más. -
Y se fue la Muerte...
Tiempo llegó en que la urbe había quedado lejana para el hombre devenido en héroe. La ciudad natal era sólo recuerdo porque su presente se había paseado por todos los rincones del mundo.
Yendo de pueblo en pueblo se había ganado un lugar en el corazón del gente. Este nuevo Jesús era un maestro de todos las cosas al igual que el galileo o que el mismo Zaratustra pero con la diferencia de que sus escritos habían llegado a buen puerto. Cristo escribió mucho pero la mano traicionera del tiempo se había encargado de borrarlo todo (hacer es escribir con acciones).
De un lugar a otro se trasladaba el dueño de sí mismo. Como una leyenda pasaba sus dìas encontrandose con gente muy importante. Esto era propio de héroes y no estoy contando una historia quijotesca ni grotesca..
Una mañana se había aparecido el espiritu de la Inspiración...
- Yo soy tu Sol; muestrate a mí y te iluminaré. -
- ¿Quién sos en verdad? -
- Un lobo noble que hirió a las ovejas comunistas antes que tú. -
- ¿Y a mí qué? -
- Sé tú mismo y serás el alma del mundo. -
El espiritu de Inspiración no se apartó mas se quedó en el corazón del héroe...
En otra ocasión apareció la Rutina exigiendo su retorno. Ella se sentía moribunda porque él había liberado a todos esos pajaritos de su jaula que estaban listos para ser devorados. Hermosos loritos de colores andaban ahora en paz repitiendo cosas mejores.
Así era la etapa mística y superior de nuestro hombre. Sin falsos dioses ni un Estado adorador de sí mismo y sus privilegios. Esto era el metodo para crear comunidad y evitar ser parte de algo que no se es.
Otro personaje que hizo su aparición fue el Amor. Este, en contradicción con los demás, era mudo pues la voz se la daba el corazón del individuo. Tampoco poseía forma física ya que mudaba de rostro yendo de persona en persona. Al final, el hombre sin nombre se dio cuenta de que no existe tal ser sino en su propio interior.
Lo más destacado de la vida de este ser es que supo hacer una escalera al cielo apilando libros. Lo único que lo detenía veces era el amargo espíritu de la Soledad. Independientemente de todo esto, tenía a su intuición por mensajera. Esto le daba ventaja con respecto a los demás mortales.
El resto de lo que se pueda decir es anecdota pues lo demás no merece ser recordado. Lo maravilloso en todo esto es que fue esto y no otra cosa...
Era el tiempo de otros mundos inspirados en otros valores. Tal es así que el héroe, otrora simple mortal, se vio a sí mismo a través de aguas cristalinas y no mediante un espejo programado por las negras magias traficantes. No había cerdo ni mago que pudiera cambiar el color de sus ojos o la esencia de su alma. Nada de nada. Las brujas no podían obrar mal en el reencuentro del hombre consigo mismo. De a poco fue naciendo a una nueva vida por el influjo de esa purificación espiritual. El Dios vivo siempre se manifiesta en aquellos que rechazan los mercados orientales en pos de nuevas rutas, de nuevos rumbos en el Sur Eterno...
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