Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

martes, 21 de enero de 2014

La historia de los dioses

   






       
    "Todos se fijan en el hecho comprobado científicamente de que Dios ha muerto, ya en una cruz o en un árbol como Wotan", esto decía un niño loco por ahí. Y también decía cosas como: "Lo que nadie quiere ver es que no sólo ha existido Dios sino también dioses y diosas"...

  "Nosotros somos paganos hiperbóreos y por eso no tenemos la palabra Allah que no reconoce género ni número. Y como no somos semitas, ni queremos serlo, tenemos un rico Panteón y en él a los dioses muertos que les traigo hoy", traficante de deidades carnales, pecado de jóvenes tontos que dicen pavadas para llamar la atención de sus semejantes. Dejo un espacio en blanco y le dejo la voz cantante al monstruo para que se queme solo...

 Él, dios de los hombres y rey de los poetas. Ella, diosa de las mujeres más bellas y de las fuerzas del Bien y del Mal. Ambos, unidad en la dualidad, la atracción y el mutuo rechazo...

 Cuenta el libro sagrado que nuestro dios le ha dedicado una serie de poemas a su amada. Lo que nos cuenta también el relato santo es que a ella le llegaron tergiversadas todas las palabras por culpa del manoseo oral dado en el inmundo Reino del Vulgo...


  Una mañana él subía por la escalera hasta el sitio del amor. Ella lo recibió a los golpes y luego le increpó una y otra vez por uno y varios motivos más...


- No sos dios sino un hombre que escribe imprudente su poesía para maldición mía -
- ¿Acaso te he nombrado en ese sitio que a todos los reúne por ser centro del universo? -

- ¡Enfermo mental!¡Infeliz! -

   Los mugrosos bastardos se alegraban al ver como una diosa tan bella rompía sus blancas manos golpeando las paredes de la morada del amor. Él sintió impotencia pues hubiera preferido ser por ella golpeado una vez más antes que sufrir el triste espectáculo de verla marcharse en soledad. Tal vez era un poco masoquista y en verdad gozaba con ver alterada a la blonda divinidad; lo que no podía tolerar era el aprovechamiento que las masas chismosas hacían de la histeria femenina...


   Ella le había confesado a sus doncellas el enamoramiento del dios de los hombres. Estas malas confidentes se convirtieron por fuerza de envidia en malas lenguas y he aquí uno de los motivos por los cuales el Rey de los Poetas es polígamo. Así y todo siempre hay una favorita en el harén y una diosa luminosa en medio de bellas mujeres de luz tenue.


   El dios se iba enamorando cada vez más de ella conforme la veía ponerse cada vez más esquiva y agresiva. Tal vez aquí se resuma el misterio del amor, el deseo, la voluntad, la vida y la muerte que llega cuando no hay más sueños ni anhelos.


   Él quería que ella caiga en la tonta psicología inversa. Pensaba que la diosa de las mujeres iba a ir cediendo para alejarlo paulatinamente cuan niño aburrido de un juguete. Sea lo que haya sido, la especulación teológica nos dice que él hubiera estado siempre con ella más allá de la carne pues mil damas distintas y mil fornicaciones varias no valían lo que ella en inteligencia. Ya no era algo carnal solamente sino que la admiración ante quien dominaba el Bien y el Mal se había hecho muy fuerte. Por más que ese dios se hubiera entregado a los ardores de la vida tribal, pagana y polígama, jamás habría abandonado el amor que por ella sentía.


   La cuestión es que unos hombrecillos y unas mujerzuelas vulgares pudieron más que estas dos deidades que no supieron unirse a tiempo en contra de la masa de demócratas y descerebrados. Ella lo apuñaló con una mirada y él la consumió haciéndole el amor. Ambos se desintegraron en el polvo que se hizo tinta y que esto dice: "El vulgo sólo sirve para servir a los dioses. Todo igualitarismo mata a los sabios y a las bellas"...


      ¿Y qué fue del chico que escribió esto? Aunque parezca cuento mío, no lo es: él se fue a predicarle el Evangelio a los musulmanes del Cáucaso. Nada de muñequitas rusas ni ocho cuartos. A lo macho se fue este bravo argentino a cantarle la cuarenta a los rebeldes orientales que moran en la Madre Rusia. Y bueno, sabrán que no hubo un final feliz en el plano estrictamente mundano pero sí hubo un martirio de cuya sangre se hizo un santo...


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