Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

jueves, 27 de marzo de 2014

Sueños locos XIX (La muerte en prisión)

 




     
       La otra vez me soñé en prisión. Bah, más que prisión era un campo de concentración que de campo tenía poco: imaginen un edificio bien cerrado con pequeñas celdas cuadradas. Dos metros por dos metros. Pura asfixia. Yo estaba vestido de amarillo y con el pelo bien cortito. Casi no podía salir de mi cubo de castigo, ahí donde iba a terminar mis días. Preso político, por supuesto. Sin ventanas, sin amigos, sin familia, sin capilla ni iglesia. Sin nada. Condenado a perecer ahí adentro. Pudrirse en la cárcel, literalmente. ¿Cuál es el objetivo de encerrar a un tipo en una jaula? ¿Castigarlo? ¿No es bastante castigo el haber nacido pobre, el no haber recibido amor, como para luego tener que padecer por culpa de la Justicia y las leyes del Estado presionado por el vulgo que pide "¡justicia"!, "¡justicia!"? ¿O es que aíslan a los criminales por temor a que vuelvan a incurrir en las mismas faltas que los condujeron al agujero? Veo que se aparta a la victima para que la sociedad no vea el fruto de sus hijos bastardos, sus huérfanos golpeados, humillados y perseguidos por ser indigentes, sucios e inmorales. Se sacrifica al perrito que muerde...

      ¿Qué hice yo para estar ahí? Quizás ser yo sea un crimen imperdonable para los que me pusieron en esa caja gigante llena de compartimentos y subdivisiones laberínticas. Traten de ver un monstruo de concreto alto como el mismo cielo: hasta ahí llegaba ese cubo eterno, geometría de la aberración humana. Una ciudad de tipos condenados, un anticipo del infierno. ¿Por qué? No lo sé. Pero yo estaba metido ahí sin poder salir. Siempre mirando la pared en blanco. No se podía leer. No. No había música, TV, internet, patio, gimnasio, sala de visitas, comedor o algún tipo de comodidad. Sólo pasillos y celdas donde dormir todo el día sin cesar. A lo sumo se podía vagar sin rumbo en medio de esas baldosas amarillas, que siempre volvían a sí mismas. No había salida. Siempre amarillo, amarillo, y luces blancas en el techo, bien blancas. La luz del sol no pasaba. Era siempre de noche ahí adentro. Uno no sabía si afuera era verano o primavera o si llovía o hacía calor o si era de día. No se sabía, no se sabía. Lo único bueno de ese antro era el aire acondicionado: constantemente estaba fresco. Es cierto que a veces sentía frío y no me permitían ponerme abrigo alguno pero peor es padecer el calor de algún presidio africano. Bien, ahí estaba, donde no existe el tiempo, ni los días ni la noche ni los años. Sólo la nada.

       Dicen que el infierno es la privación de la vista de Dios. Y sí, el castigo no es estar encerrado con fieras y con negros africanos hambrientos sino estar lejos del sol, de su luz y su calor. Eso es el infierno. Hubiera preferido estar en la cárcel de Devoto con amantes de la pachanga y la rumba y no ahí solo como un perro abandonado en medianoche de invierno. ¿Se imaginan lo que es estar aislado del tiempo, de los amigos y de la familia? ¿Se imaginan lo que es que te prohíban leer, rezar, hacer deportes y escuchar música? ¿Se imaginan lo que es estar condenado al silencio? Ni una palabra, no. Prohibido hablar, prohibido mirar a los ojos a los otros reclusos. Sólo vagar como almas en pena con la vista puesta en el suelo y con el alma sedienta de cielo y besos y perfumes y rosas y... penumbras con los ojos bien abiertos, pesadilla del que sueña despierto. Tal vez no exista peor dolor que padecerse a uno mismo por toda la eternidad. Los pensamientos propios necesitan exteriorizarse para que la mente no caiga por el peso de la locura. ¿Se pueden imaginar lo que es el aburrimiento perpetuo? Es fuerte lo que voy a decir pero me parece mejor ser fusilado o ahorcado antes que estar siempre en la desesperación. Dando vueltas todo el tiempo no se llega a ningún lado. Es verdad que la esperanza es lo último que se pierde y que todo recluso conserva una llamita de ilusión en el fondo de su corazón pero se hace difícil mantener ese fueguito en el tiempo al ver que nadie se ido de esta espera. Si ninguno ha salido en libertad, ¿por qué habría de ser yo el elegido?

     La rutina llevada al cuadrado, al cubo, al todo. Todos los días la misma comida. Por una puertita me pasaban el platito con eso que ni sé qué era. Eso y algunas pastillitas y un vaso de agua. El resto del día era llorar. ¿Los guardias? No estaban en contacto con los reclusos. Habían cámaras y eso era todo lo necesario, el ojo electrónico que todo lo ve. ¿Peleas con otros presos? Casi nunca. Los que se peleaban eran sacados de ahí inmediatamente pero el resto de la población carcelaria debía tirarse al piso y no mirar a la cara a los antimotines so pena de muerte. Es decir, nunca se veía al personal del Servicio Penitenciario. Ellos pasaban al pabellón en caso de extrema urgencia: tomaban a los revoltosos y los trasladaban vaya uno a saber dónde. Tal vez los mataban. Pero creo que ahí no había pena de muerte. La muerte era vivir esa vida hasta la muerte. ¿Cómo es que pude conservarme en esa tumba del infierno durante tanto tiempo? Por los recuerdos. Confieso que he vivido lo suficiente en mis cortos años como para entretenerme en dos o tres vidas. Bueno, también albergaba en lo más recóndito de mi corazoncito el sueño de escapar. Y hablando de sueños, ahí se soñaba mucho o, al menos eso se intentaba. La vigilia era un estado calamitoso, ¿para qué estar despierto entonces? Mejor dormir y dejar que la existencia se escape entre la almohada.

        No sé cómo pero una vez los presos se trenzaron en una trifulca inolvidable: comenzaron a llover las piñas y las patadas en un verdadero temporal de furia. Vi entonces a los guardias entrar. Eran tipos normales. Parecían guardias de seguridad privada. Ni siquiera estaban armados y ni cascos tenían. Eran unos rubiecitos muy flacos. Es cierto que me comieron con la mirada cuando vieron que yo los estaba mirando pero no me importó nada y corrí desesperadamente buscando el lugar por el cual ellos entraron a esta jungla. Sabía que tenía que llegar a su búnker. A los pocos metros de corrida vi una puerta secreta que emergía de la pared amarilla como las fauces de una planta carnívora que se abren en el momento exacto: nadie sabía que ahí había una salida. Solamente los vigilantes conocían al detalle esa fortaleza. Es más, yo no recuerdo cómo llegué ahí, ni por qué, ni el día en que me llevaron. Sólo sé que una vez desperté y me vi vagando entre ese mar de almas muertas en una procesión sin piedad ni fe. Bien, entré a un pasillos estrecho recubierto de metal y fui a parar a una sala de control y monitoreo: no había nadie, los guardianes se encontraban dándole palos a los míos. Así que bajé una palanca roja que a su vez me abrió otra puerta. Yo no podía ver qué había del otro lado. Tuve que juntar coraje y pasar. Y me pasó que pasé para el otro lado de la peor manera: caí a un precipicio negro cuyo fin no era el suelo sino un foso lleno de agua. Sí, caí al agua y pude descubrir que esa cárcel era una caja cubierta por otra caja. Si no no se explica cómo no se podía ver el cielo ni nada. Negro, todo negro. Y sentía el agua fría congelando mi cuerpo.

             De repente se prendió una linterna en ese lugar desde el cual me arrojé. Vi a un tipo con una ametralladora que comenzó a dispararme. Me di vuelta e intenté ver campo, desierto, ciudad, ruta o algo pero no se veía absolutamente nada fuera de la luz que me apuntaba junto al arma. Era obvio que estaba encerrado nuevamente. Sí, un encierro dentro de otro. Tal vez si salía de ahí de alguna manera, habría ido a parar a otra cárcel o a la misma cárcel. ¿No habrá sido esta una trampa para ratones fugitivos? Mil cosas se me pasaron por la cabeza. Es verdad que en un primer momento me sentí libre como un animal que vuelve a su lugar pero la silueta del guardián armado me paró el corazón del miedo. Así que intenté sumergirme en esas oscuras aguas pero los tiros me sorprendieron y me agujerearon el pecho. Ahí nada más empecé a sangrar como nunca antes y mi cuerpo se convirtió en una fuente de agua roja y lágrimas tristes. Me despedía de este mundo sin que nadie me dijera adiós. ¿Por qué me disparó ese loco? ¿Por qué no me dejó escapar? ¿Será que si hacía la vista gorda lo mataban? En ese instante de tensión me desperté sobresaltado y vi el frasquito con las balas que me sacaron del cuerpo: mi habitación brillaba con el sol de la mañana... Pero el trauma me acompañaba una vez más. Yo lo hice cuento para intentar olvidarlo. Sin embargo, creo que hay heridas que no cierran nunca, nunca...

2 comentarios:

  1. Estimado Alan:

    Acá te dejo algunos interesantes posts que FC ha hecho sobre el Dr. Antonio Caponnetto, el historiador Cristián Rodrigo Iturralde y el Sr. Matías Glúzman. Que te sean de provecho para encontrar la verdad de la milanesa:

    Cristián Rodrigo Iturralde:

    http://forocatolico.wordpress.com/2014/03/30/carta-de-iturralde/

    Antonio Caponnetto:

    http://forocatolico.wordpress.com/2014/03/22/el-perplejo-caponnetto-le-contesta-a-su-amigazo-calderon-herejias-entre-finisimas-personas/

    http://forocatolico.wordpress.com/2014/03/08/sedevacantismo-de-caponnetto-segunda-parte-afirma-que-bergoglio-estaria-inhabilitado-para-ser-electo-papa-pero-solo-si-fuera-hereje/

    http://forocatolico.wordpress.com/2014/03/03/sedevacantismo-de-caponnetto-llama-cardenal-a-sinagoglio/

    http://forocatolico.wordpress.com/2013/03/29/caponnetto-contemporiza-iraburu-apologo-involuntario-de-la-verdad/

    http://forocatolico.wordpress.com/2013/03/28/profesa-caponnetto-otra-herejia-hay-dos-papas-en-la-iglesia/

    http://forocatolico.wordpress.com/2013/03/21/entonces-caponnetto-que-es-bergoglio-papa-semi-papa-o-profeta-de-la-bestia/

    Matías Glúzman:

    http://forocatolico.wordpress.com/2014/03/17/carta-a-foro-catolico-de-matias-gluzman-coordinador-en-asuntos-teologicos-de-v-e-e-f-defendiendo-en-novus-ordo/

    Saludos en Cristo,
    Juan Carlos

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    1. Hola. ¿Cómo está usted? Muchas gracias por su visita. Ahora, ¿a qué vienen estos artículos? Pregunto esto porque yo no me dedico a hablar de teología en esta página. Saludos.

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