Nada por decir. Solamente recordar lo que se fue. El ocaso, el fracaso, el amor y la verdad. Lejos de mí, allá, escondida detrás de la ciudad. Del otro lado de mi mundo. Inasible. Todo lo que tenía, todo lo que quería, todo lo que amaba. No sé si he luchado en vano. Al menos me quedan los peores versos de la historia de la poesía, tan malos ellos que se vuelven buenos solamente por lo profundo del sentido, por la desolación y el impacto de la melancolía. Tal vez sea una nueva forma de hacer literatura o letras nuevas que nacer del dolor, de la desesperación, del tedio, de la sinrazón y de la frustración de no haber podido encontrar el amor...
Princesa (17/07/2007)
Hija favorita de las luces,
fieles amantes de tu alma parlanchina,
sos la reina de mis cruces,
reina sublime de la muralla china.
Provocación grandiosa
que mata los cielos azules,
sos vos, mi gran diosa,
la que se oculta en tules.
Dejo en vos el juicio
sobre mi querella:
mi razón ve perjuicio
en vos, estrella.
Entre maquinitas orientales
espero la carta de la mariposa
que me dará las balas reales
de la dueña de mi yo rosa.
Se evaporan mis metas
al arrojarse a tu divino ardor:
soy el Rey de los Poetas
pero de vos quiero ser emperador.
Una y otra vez me viste
volver de la pálida muerte:
mi gran amor se resiste
a la tristeza de perderte.
Resucita triunfal el ave
de sus cenizas victoriosas,
es que mi alma se atreve
a estas penas llorosas...
(A la Princesa
hija de la virgen luz)
No acepto devoluciones de ningún tipo porque yo no di nada al juicio ajeno. Acepto el error de haber escrito de tal modo. Es solo una vana compilación de las equivocaciones de mis mocedades. Podría haber sido peor. Peor bueno, me hice un nuevo género de perversiones poéticas para que entren todas las palabras del mundo, todas las rimas y las no rimas y los juegos y los trabajos del hacer y el deshacer por el placer. No hay más. Son experimentos de mal gusto pero sirven para crear la gran computadora de la inteligencia del alma humana. Ya vendrá el tiempo del bastón y la zanahoria. Por ahora lamentarse de las anarquías de este fascismo triunfal...
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