Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

viernes, 10 de octubre de 2014

La civilización (pensamientos sueltos sobre Occidente)

       






        

          Me voy a violar a la diosa Fortuna y le voy a romper la rueda por puta hija de puta: ella no me tira ni una buena. Pero de ahora en adelante, me la va a tirar bien tirada todos los días. Y todo lo bueno va a ser para mí, simple mortal siempre olvidado por esta deidad maldita. Ella nunca me escogió a mí pero ahora la voy a recoger y la haré mía hasta mi muerte. Porque yo siempre me afané en los momentos difíciles para estar bien posicionado en el momento de la cosecha, que nunca llegó. No importa. Ella me va a dar todos los favores que me negó durante años... 
                                  (La Fortuna)
  
       Cada vez falta menos para que termine el año. Es tiempo de barajar y dar de nuevo. Es cierto que podrían ocurrir sucesos extraordinarios en medio del totalitarismo de la vida cotidiana y el aburrido mundo circundante. Sin embargo, hay que ser prudentes con las expectativas para evitar sufrimientos innecesarios y frustraciones desmoralizadoras..
                                 (La rutina)

        En este momento hay muchos desacatados que están perturbando los equilibrios de la Cadena del ser. Por eso el mundo está tan alterado y algunas cosechas personales no se dan por más que uno siembre por todos lados. Hay una tensión en el ambiente que va a tardar por lo menos dos años en irse. No digo que se vaya a ir del todo la negatividad que impregna el aire porteño pero sí el grueso habrá de retirarse con buenas medidas, con buenas políticas. Entonces la materia cósmica estará en todo y en todos bien predispuesta a mejores afanes, a mejores fines, que a su vez se valdrán de medios más nobles... 

             (Una idea impresionante) 

        Siento una morbosa fascinación por los relatos de gente pérdida en el extranjero. Textos como Viaje al corazón de las tinieblas de Joseph Conrad o Viaje al fin de la noche me perturban profundamente. Me imagino en el exterior enfermo de tanta promiscuidad, de tanto descuido. Como el "Síndrome de la heladera vacía" pero en versión sexual: luego de tanta abstinencia, la locura termina desatándose de golpe. Pequeñas dosis a lo largo de los años no matan a nadie, por el contrario. Pero gozar de golpe de todos los deleites de la carne, podría fulminar a cualquiera y más en un contexto selvático. Más de una vez me vi muriendo en alguna selva sudamericana o en el corazón del África. Esa es una forma heroica de suicidarse semana tras semana, en medio de mosquitos y calores insoportables; en medio de un sol que no da respiro sino que se afana en secar y matar a todos los vivientes...

                                 (Civilización I)

        Este año leí el libro Los antimodernos. Se trata de esos pensadores y artistas que, instalados ya en plena Modernidad, se atreven a criticarla. Tipos como Charles Baudelaire que, pese a haber desarrollado formas artísticas nuevas, se atreven a cuestionar su tiempo con técnicas y contextos contemporáneos. A mí me pasa igual: estoy atravesado por la era de la computación, las redes sociales, la televisión por cable y los más modernos medios de transporte y comunicación. Sin embargo, desconfío profundamente de todas estas cosas. No reniego de ellas pero sí de lo que representan o de los intereses que pretenden representar: el "Zeitgeist", "el espíritu de nuestro tiempo". De ahí que me imagine internado en una febril agonía de tierra adentro, lejos del ser porteño y cosmopolita, de este río marrón que nos conecta con todos los océanos del mundo...

                            (Civilización II)

       Hubo un escritor inglés llamado Rudyard Kipling que hablaba de "la pesada carga del hombre blanco" para justificar el colonialismo y el Imperio Británico en lugares como India. Y yo a veces siento esa pesada carga pero no como conquistador sino como conquistado por patrones de conducta que esperan de mí: muchas veces me han censurado por ciertas acciones nimias y me han dicho: "Sos un chico blanco, no podés hacer eso". Y sí, resulta que no puedo gritar los goles de River, comer con las manos o hablar con naturalidad de sexo porque una persona con mi aspecto no está moralmente habilitada para hacer "cosas de negros". ¡Por Dios! ¡Qué tilinguería racista! No me interesa estar en la casta dominante. Prefiero el mundo oscuro y salvaje de los dominados con sus ecos atávicos de épocas inmemoriales. Se trata de "pueblos sin historia" porque guardaron sus verdades eternas en la memoria. Son gentes que no envejecen y que no han de perecer porque no conocen el devenir constante, vertiginoso y decadente de Occidente que habrá de terminar en la muerte...

                      (Civilización III)

       Son planteos que hago nada más. Simples comentarios a las Guerras de las Galias que confío a los dioses inmortales. Bajo ningún punto de vista pretendo imponer, justamente, mi punto de vista. Pero sí puedo decir, a riesgo de ser odiado por todos, que es preferible unos pocos fundamentos inmutables que mil novedades que mañana habrán de ser viejas ante el surgimiento de otras cosas nuevas. Así al punto que todo lo que surja se hará pasado, y todo el presente igual hasta confrontar con un futuro final de extinción por la fuerza y el imperio de una historia que avanza lineal. El tiempo cíclico es eterno en su estancamiento. Obviamente que me dirán "fundamentalista" por aferrarme a unos pocos fundamentos como bien he dicho antes pero creo que Occidente padece, sin darse cuenta, el "Fundamentalismo de lo nuevo", ese que habrá de consumir el planeta por causa del Materialismo extremo. Algún día los hombres que nos sucederán, renegados ya de la idea de Fausto de alcanzar la eterna juventud, habrán de irse de sí mismos en pos de buscar experiencias metafísicas, de trascendencia. Y no hallarán una vida nueva, una otra vida, sino que tendrán lisa y llanamente un encuentro único con la muerte, de la cual no hay retorno. Entonces y solo entonces la humanidad se dará cuenta de que para trascender primero hay que descender hasta lo más hondo de los infiernos, atravesar el destierro de este mundo, beber de este valle de lágrimas hasta el final y ahí sí, sólo ahí habrán de contemplar la luz brillante del origen y el misterio inefable de todos los siglos todos...

                    (Civilización IV)

       Ahora sí: el Coliseo lleno, repleto de gente hasta el cielo. Miles de almas gritando en sudor por goles. Pasiones de millones. Y un jugador que decide tirar la pelota afuera para que el partido vuelva a empezar, para que no se muera con una "definición banal" que podría clausurar el resultado por siempre. De eso se trata un poco la vida. No se puede ganar todo el tiempo. No hay que ganar in eternum. Es fundamental empatar o perder muy a menudo para sostener un divertido relato épico sobre los "campeones morales". A nadie le gusta realmente un partido de entrenamiento. Es necesario que muchas pelotas peguen en los palos, que no entre nunca o que entre sobre el final. Hay que volver al comienzo. No cerrar los encuentros. Empate permanente o derrota complicada, barro y miedo. Y si el arbitro te puede perjudicar, mucho mejor. Tiene que salir todo mal. ¿Es soportable que todo salga como se planeó en el vestuario? Los penales hay que patearlos por arriba. La bocha es más linda cuando está bajo la suela del tipo que ama el vértigo. Un verdadero jugador tiene que ir por toda la cancha con un ida y vuelta electrizante; el volante que hace grande al fútbol mundial es el que sale a revolver todos los espacios trabando, metiendo, distribuyendo, anticipando y proyectándose en ataque con el balón dominado o sin él. Un Fernando Redondo cualquiera. Dinámica y movimiento. No tiene gracia pegarle tres veces de afuera y clavarla en un ángulo sin más. En lo posible, Dios tiene que cambiar la posición de los arcos para que no se dé y para que la afición le pida a Él de manera tal que el Altísimo sienta humillada a la criatura. Ese es el motivo del constante trazado de las líneas de cal: el mismo Señor las borra todo el tiempo para desviar la atención. Ahora sí: la analogía es clara. ¿No comprenden? Es que quise gambetear con el sentido. Pero se las tiro cortita y al pie: prefiero el espectáculo antes que la victoria y la efectividad y hablo de la existencia misma. No soy bilardista en absoluto...

                        (Civilización V)

       La vocación del ciertos tipos urbanos como yo por lo que los burgueses consideran "problemas" no es más que una manifestación del espíritu medieval de salir a buscar aventuras. Se hace aburrida una vida sin sobresaltos, una vida enteramente planeada y dirigida por la empresa privada o por el Estado o por uno mismo. El azar que nace de la pereza o de la confianza libertaria tiene un encanto muy particular. Así resulta que por caminar por una calle nunca antes transitada uno se encuentra con un libro muy especial o con una señorita muy alegre, muy bondadosa. Esas son las cosas de la vida que para mí tienen sentido. Es como descubrir un bar frente a una plaza por casualidad, solo por errar, y ahí sentarse a escribir o a leer. Por esos paseos censurados por la sociedad de consumo he llegado a la conclusión de que el Imperio del siglo XXI tendrá placitas como las nuestras sembradas a lo largo y ancho del mundo. Y allí pequeños consejos de argentinos regirán los destinos de las naciones luego de jugar a la pelota y de tomar leche chocolatada con facturas. Ya van a ver...

                        (Civilización VI)

         Esta tarde estaba pensando, para seguir con mis breves textos sobre lo exótico, que hay un momento en el que la civilización sale al encuentro del tipo extraviado como si se tratase de un niño perdido en medio de mil mundos. De ahí que vayan mil barcos por alguien cuyo exilio fue casi voluntario. Pero la mejor parte es cuando dicen cosas como "el horror, el horror", frase inmortal de la literatura. Me han preguntado alguna vez si tengo miedo a volverme loco. Yo creo que estamos todos así pero hay momentos en los cuales se manifiesta la verdadera naturaleza del hombre; es cuando la Ley se queda corta por ser tan solo una letra fría basada en el interés de unos pocos particulares y no en el corazón de los individuos, que sienten, aman, sufren y padecen el yugo de una sociedad cuyos códigos fueron escritos para reaseguro de los potentados. Las leyes son las espadas con las que matan los varones "civilizados", esos que prefieren tener clientes y "recursos humanos" ya que el espectáculo de la pena de muerte pasó de moda...

                      (Civilización VII)

¿Por qué la civilización sale al encuentro de los hombres que intentan evadirse de ella? ¿No teme acaso ser recibida a flechazos en el corazón de las tinieblas? ¿O se habla de "hijo pródigo" cuando se piensa en un sujeto que se alejó de la línea recta del progreso, esa que ha consumido a varios? ¡Por Dios! El amor es para cuando el corazón está sensible y receptivo; después es tarde. El pecho se vuelve de piedra y la piel se torna más áspera que el metal. La ciencia no puede resucitar a los muertos pero al menos puede procurar no derramar muerte por ahí en forma de ingeniería social...

                    (Civilización VIII)

        Y ahora sí, a dormir. Siempre dije que no hay diferencias entre el estar despierto y el estar dormido porque "la vida es sueño". Nos mienten de tantas manera desde los medios, la escuela y la universidad. ¿Por qué no podríamos creer como verdad eso que nos pasa cuando tenemos la cabeza apagada?

                      (La vida es sueño)

          Para mí si la justicia no es social no es más que injusticia con un disfraz de institución puesto por los ricos. Porque siempre se escriben leyes para defender a los que tienen: no hay códigos para impulsar la inclusión y el pleno empleo; la vivienda y la educación; la salud y la cultura. Así estamos como estamos, con un país donde las viejas gritan por sus dólares y se cagan en los que no consiguen trabajo por su color de piel...

                       (Justicia) 

           No creo en la mentira del Laicismo porque la mayoría de los que piden "educación laica" son ateos. Entonces deberían decir "queremos adoctrinamiento ateo para todos" y ya. Y conste que yo no soy cura, seminarista ni ninguno de esos viejos momias que sienten que se van a ir al infierno por mirarle el culo a una mujer creada por Dios. Pero sí pienso que hay que llamar a las cosas por su nombre y no andar con dobleces ni engaños...

                   (Laicismo)

              Hace un tiempo que no hablo de mi tema preferido: el de las mujeres. Muchas veces dije que no las hay. Pero ahora quería ser más especifico: cuando veo perfiles de chicas de mi barrio, Lugano 1 Y 2, y de los sitios circundantes, me doy cuenta de que la mayoría de las jóvenes tienen hijos, están casadas, juntadas o de novio. Es un desastre la situación. Acá en este rincón final de la Capital vale más que en cualquier otro lado mi frase histórica: "No hay mujeres". A eso hay que sumarle, yendo a mi situación estrictamente personal, que estudio en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, un sitio que cobija lesbianas, asexuadas, frígidas, ateas, brujas, feministas y hombres. En resumidas cuentas, dado mi lugar de residencia y mi facu, estoy prácticamente condenado a la castidad. A eso hay que sumarle que los fines de semana vendo juguetes en una feria, es decir, todas vienen con sus nenes a comprar muñequitos y pelotas y no están en plan de levante porque tienen maridos, concubinos, novios o lo que fuere. Por lo demás, las que fueron madres se consagran de lleno a sus chiquitos y ya no ven potable a ningún varón a menos que quiera hacer las veces de papito, cosa que yo no quiero. En síntesis, está muy mal el panorama de conquistar por estos días...

                    (No hay mujeres enésimo volumen)  

      Para reforzar esto que digo, he realizado un trabajo de campo de gran valor antropológico y sociológico: me he hecho amigo de dos muchachos que trabajan en una parrilla que está debajo de mi casa y en la cual se come muy bien. Y bueno, al pasar muchas horas con ellos por las noches, contemplo la clientela y el panorama de la zona, acá en el mítico Lugano 1 Y 2. Es así que veo un desfile de cochecitos de bebés y de bellísimas mujercitas con chiquitos de la mano o en brazos. Y sino, todas o casi todas acompañadas de sus respectivos chongos. Lo que veo es desolador. Es cierto que la investigación que estoy llevando a cabo está dando sus frutos ya que puedo sustentar todas mis afirmaciones con datos empíricos extraídos del lugar de los hechos, del terreno. Sin embargo, en lo concerniente a mi persona, objetividad científica al margen, todas las imágenes almacenadas en mi retina constituyen un duro golpe a mis aspiraciones románticas, afectivas, sexuales e instintivas...

                 (No hay mujeres un millón)

        Creo que nunca lo dije abiertamente pero por la noche veo cosas con los ojos del alma: demonios del desaliento y la depresión me asaltan siempre cada vez que voy a dormir. Son las fuerzas del inframundo que pretenden llevarme con ellas. De día no lo siento pero antes de quedarme dormido empieza la danza de la muerte en torno a mí. Es un espectáculo impresionante. Modestia aparte, me siento muy importante para merecer que legiones infernales me visiten todas las madrugadas. Espero, Dios mediante, beber los tragos amargos de la melancolía con resignación y evitar las malas decisiones, esas que podrían llevarme abajo. Es cierto que por estos días estoy viviendo en un abismo interior, en un hundirme en mi ocaso. Bajo la luz del sol no me asalta temor alguno pero cuando la tarde comienza a declinar, cuando aparecen las primeras estrellas en el horizonte, es entonces cuando mil perturbaciones sobrenaturales inician su marcha amenazante contra mi humanidad. No le deseo a nadie esto. Son poderes difíciles de conjurar. De todas maneras confío en que en alguna vez este tormento acabará y la luz del mediodía se quedará para siempre a mi lado en forma de una amor, de una flor y un poema de paz. Mientras tanto, disfruto estas horas soleadas a sabiendas de que vendrán los corsarios del más allá con el fin de robarse mi espíritu...

               (El demonio y el desamor

       Y bueno, soy un inadaptado social, un decadente, un loco y un perverso y no me importa. También soy la oveja negra de la familia y tampoco me importa. En definitiva, no me interesa nada en la vida. Solo hundirme en mi ocaso pero en paz conmigo mismo: quiero ver cómo el atardecer agoniza lentamente en mis ojos. Me gustaría irme con él y confundirme en la oscuridad del cosmos. No hay nada. Sólo dejarse ir. No vale la pena luchar contra el animal ni maltratarlo en pos de una domesticación que sólo beneficia a los dueños del circo. En algún sitio habrá silencio, nada más que silencio. Siempre fui un incomprendido. Sé muy bien que cuando me vaya seré elogiado por los mismos que me defenestraron con sus miradas idiotas. Pero eso me resbala: el honor, la gloria y el dinero. Lo único que me da felicidad de verdad en esta vida es salir a caminar y sentir que renazco cuadra a cuadra en la Ciudad. Cuando uno se tiene a sí mismo, tiene todo. Porque entra de nuevo a la existencia despojado de bagatelas, adornos, joyas y apariencias. No me voy a cargar con nada porque no me voy a llevar nada. Me tengo a mí. Nada más. El resto puede perderse en la noche de los tiempos y morirse allí, donde impera la materia...

                     (El loco)

          ¡La vanidad! Hay muchos que defienden a sus hijos sólo por defenderse a sí mismos en ellos. Es decir, al negar la maldad de sus retoños, niegan también la mala crianza que le dieron a esas pobres criaturas endiabladas; me refiero a esos especímenes que perturban el orden público y se escudan en la niñez como pretexto de toda clase de desmadres. Los padres que luchan a capa y espada porque sus niños no sean retados en ninguna parte son los mismos que golpean a los profesores y maestros y que hasta son capaces de inventar causas de abuso sexual contra sacerdotes por el mero pecado de enseñar la Virtud en la época del Progresismo...

                   (Gente llena de hijos) 

         El cuerpo es un misterio que tal vez ni siquiera el espíritu pueda penetrar. ¿Cómo explicar sino tantas contradicciones de la vida de la carne? Una frase para la historia: "Entre hacer el amor con una mujer y matarla a los golpes no solamente existe una diferencia de intención sino también de grados de intensidad porque, en definitiva, es el mismo cuerpo el que puede amar u odiar y manifestar con los signos de los hechos las potencias del sentimiento, de la irracionalidad ya negativa ya positiva del ser humano". Hacía rato que quería decir esto. No me atrevía por el poco miedo que aún conservo al qué dirán. No es que viva pensando en lo que dicen los demás pero todavía tengo una cuota pequeña de decoro y buen gusto. Pero no por mucho tiempo...

                     (El cuerpo)

           Quiero hacer una reflexión y no una apología, que no es lo mismo. Digo esto porque tengo un estilo muy filoso, siempre al borde del abismo cuando no en su fondo. Y sé que lo mío enerva a personas de todas las ideologías; a ateos y a creyentes. Sin más preámbulos: hace mucho que vengo pensando que es impresionante cómo un mismo acto, el coito, puede ser un gesto de entrega, de amor, de vida, pasión y unión entre dos seres. Pero ese mismo acto puede también transformarse en una de las acciones más aborrecidas por la sociedad: la violación. Una palabra, un monosílabo, un sí o un no, puede definir el destino de un hombre y de una mujer: de la felicidad al ultraje hay una diferencia de consentimiento, que no es poco. Un varón afortunado y una dama amada o un individuo vil y degradado y una persona dañada. ¡Increíble el misterio de la carne! Fruto podrido del pecado original, fermentación que puede alegrar el corazón o envenenar el alma. El vino de la existencia, el vino de donde vino el ser. En ambos casos, tanto en el positivo como en el negativo, existe la posibilidad de un embarazo. Esto lo digo solamente para corroborar que las consecuencias son similares pese al desarrollo. En definitiva, el alma está sometida a la tormentosa tiranía del cuerpo durante sus días en este mundo: de las caricias al golpe hay una variante de movimientos, nada más...

                      (El cuerpo II)

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