Mierdas del siglo XXI...

    Escenas del vacío y del cansancio crean la perfecta eyaculación del desaliento, de la fatiga antes antojada como estado ideal del cuerpo. El aire a aceite quemado demuestra que todas las ilusiones defraudan al hombre en el momento de exigir gratificaciones. La ventana tampoco es puerta a otro mundo sino más bien descenso a un infierno todavía peor. No hay posibilidad de deshacer el vicio por ahora. Es que las sombras poco a poco penetran las horas del día para hacer las noches desde adentro. Los demonios ya se están pertrechando. Saben muy bien a qué van jugar. Son muchos ellos, legiones enteras que pueden tomar un cuerpo por asalto en cualquier momento. El país está en su tarde banal bañada de luz pero la chusma circundante no sabe que se acercan los espectros del final en este mismo instante. Nadie teme. Todos están confiados como si el sol hubiera de durar para siempre.

   Mi única esperanza es esta flor que nace en medio de mi llaga. De mi cadáver joven y hermoso, están brotando los retoños del mañana. Puede que en este mismo instante esté pudriéndome adrede en mi idea de experimentar con cosas peligrosas - y no hablo de drogas - pero hay una verdad que me sobrevuela a cada instante. Vivimos en la confusión de no poder reconocernos, de no poder interactuar. Tenemos muchos muros de la vida personal; la cárcel maldita de la intimidad, el aislamiento y la soledad. Se hace imposible hablar el lenguaje de los cuerpos en la era de los patios virtuales. Sí, lo vuelvo a decir: Facebook es el patio del siglo XXI con sus consabidas viejas chusmas y sus idiotas murmuradores...

    Si la única verdad es la realidad, la verdad es una mierda... Pero creo que hay otras verdades y otras realidades. O por lo menos, tengo la voluntad de materializar mundos mejores, visiones de paz y gozo. Qué sé yo. Están todos con eso de las aspiradoras y yo pienso en surfear las olas del aire. Hablo en un idioma distinto. Estoy cada vez más chiflado. Tendré que seguir drogándome con esta mierda yo solo. Es lo que hay. No puede ver más allá de mí mismo en estos momentos de leche, sangre y hormonas reprimidas por la sociedad de la privacidad y el respeto a las buenas costumbres, hoy devenido en eso de que "no hay que ver a la mujer como objeto sexual". Es la sociedad hipócrita, matriarcal y lunar de cortarse la pija para luego tirársela a los cerdos. ¿Qué hacer? Lo único a lo que atino es a mover las manos y bailar cantado esta canción...