Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

jueves, 8 de octubre de 2015

Sueños locos XLIV (tarde triste de domingo)



  La tarde de domingo frente al partido de River sobre la mesa: la PC me mostraba la aburrida derrota 2 a 0 ante Gimnasia. Horrible, amargo. Un equipo sin alma dentro de la cancha, allá en La Plata. Un atardecer de mierda, sin nada para hacer y con poco para lamentar: el fútbol y... El fútbol y nada más. Bastante bien por ser yo un argentino más. Pasa que vivo en la cresta de la Ola Naranja, con fe, con esperanza y con mucho optimismo. Todo está bien. Pero matan de hastío esos encuentros modorreros de piernas flojas, falta de huevos y poco sol. Para colmo, sin hinchas visitantes. Las tribunas se vuelven grises, muertas, sin la presencia del contrario, del otro. Todos necesitamos un demonio para creer en un dios mejor. Si no tenemos un adversario, nos morimos del cansancio que genera alentarse a sí mismo. Esto de ser hincha de tu hinchada te liquida la pasión.

   ¿Entienden lo que es el final de un campeonato que no se está peleando y que encima termina en derrota, sin huevo, sin fútbol, sin hinchas visitantes, sin nada? Perdón si soy reiterativo pero es parte del alma nacional ser machaquero con los cantitos de hinchada y los versitos obsesivos. Bueno, ¿saben de qué hablo? Hablo de cero a cero embolantes o de golpes humillantes. Como ese partido en que caímos goleados en Lanús, allá por el 2013. Son domingos tristes, grises, fríos. Domingos para el olvido salvo por el abrazo caliente de esos guisos inexistentes afanados a la imaginación o al recuerdo. 

  De la nada, ante tanto fastidio, abrí otra pestaña, otra ventana al mundo, ahí en el encierro de mi living prestado. Le escribí un mail a mi dulce Virgen Atea. "Querida amiga: quiero que sepas que siento una gran melancolía, que te extraño y que no veo la hora de verte pese a que nos vimos el jueves. Te quiero mucho. Más que mucho. Y no digo más para no hacerte sentir incomoda. Sos madre, hermana, amiga, consejera y hasta una suerte de novia pero sin amor carnal. Me encantaría casarme con vos y tener una familia. Admiro todo lo que sos y me excita imaginarte en, bueno, nada. Me parecés muy sensual. Desearía hacerte mía para siempre. Esto que te escribo no es con mala intención. Sé que no soy digno de tu hermosura. Ya que parece que difícilmente llegue a vivir en tus brazos, dame el gusto de morir abrazado a vos. Sólo eso te pido. Quisiera irme de este cuerpo aferrado a tu delgadez angelical.  Nunca voy a olvidar todo lo que hiciste por mí. Nunca habrá en mi vida mujer más importante que vos. Tu aura me va a perseguir siempre. Por eso, la soledad será mi refugio ante la imposibilidad de que aparezca una estrella más brillante, y ante la imposibilidad de que me cedas tu cariño. Bueno, nada, nos vemos en la semana. Alan."

  ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué ese ayer? No sé. No se ve. Pero se siente. Me levanté apesadumbrado y la sentí como nunca, soy un solo corazón con ella. La sentí mal. Supe que estaba mal. Me pregunté cómo hice para descubrirlo, aparte de mi don de clarividencia ("DDC"). Y tuve una respuesta reveladora: River representa los problemas de mi vida, que son relativamente pocos, la computadora es la mente y ella es la posibilidad de una melancolía que me ha sido negada dada mi predisposición natural a ser feliz. Interpretaciones de la nada, casi como una melancolía impersonal. Esperemos, Dios mediante, que todos estén contentos y que la realidad sea benigna con cada uno de nosotros, independientemente del mundo de los sueños, mundo que es buena parte de mí.

viernes, 2 de octubre de 2015

Sueños locos XLIII (Tal vez mañana)




 Empieza el mundo, mi mundo...

 Una madre discute con su hijo. Es lo primero que veo a lo lejos. Una tipa medio gorda, de pelo teñido de amarillo y cachetes caídos como bolsas de amargura, hace gestos tontos y agresivos. Ojos pardos y boca fina. No para de insultar al muchacho. Una loca a cuadros. Vestida de negro como si su vida entera fuera un velorio. Y ahí está el flaco, un rubio apagado de ojos verdosos. Es de noche.

- ¿A vos te parece que gastes tu tiempo en leer la novela de este pelotudo? -
- ¿Qué de malo tiene, vieja? -
- ¡"Vieja" las pelotas! Soy tu madre. -
- ¡Basta! Estamos en la calle. Sé una mujer normal. -

  Se abre frente a mis ojos un mapa amarillo brillante con todas las calles de los barrios burgueses de Buenos Aires. Barrios que no son Recoleta o Palermo, pero tampoco Boedo o Caballito. Hablo de Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Villa Devoto, Versalles y toda esa onda. De repente, vuelve otra vez  la discusión, las calles negras, la noche, la nada y el agitarse del viento detrás. Corre el silencio como para que resalten más las dos voces del desencuentro.

  La vieja empieza a corrernos. Quiere golpearnos a los dos. Es muy gracioso. La madrugada se agita. Vamos para General Paz, o para cualquier lado. Vamos. La loca grita que me quiere denunciar por mi novela, novela que todavía no escribí. Grita. Grita y revolea los brazos contra el cielo como si quisiera pegarle piñas a las estrellas.

  Me desperté sobresaltado e hice pis en la botella que tengo en mi cuartito, en lo alto de la torre, lejos, bien lejos de mi princesa y de su príncipe rubicundo, de ojos mar y mal. Lindos los dos, linda ella y lindo él. Imposible de reflejos que se queman contra el cristal para tener hijos de polvo, simulacros de otros mundos difíciles de hallar.

  La botella quedó llena de un líquido amarillo que tenía adentro, un mar de té que se me revolvía en los sesos para que tuviera pesadillas. Todo tiene que ver con el orín, el sol y los intestinos. Todo revienta en los huevos como tambores que se tocan bien fuerte. Las hormonas. El celo y la desesperación animal.

   Eran las 4 o las 4:30 a.m. Me sobresalté al ver que mañana es hoy, dentro de unas horas. La lluvia ya había cesado. Sentí pánico. Luego reí al saber que podía ser una dulce premonición: alguna vez podré escribir una novela para alegría de los jóvenes y odio de las viejas a las que tanto odio, viejas que me llamarán "pelotudo" y que me amenazarán con denunciarme. Hermoso. Soñar no cuesta nada. Sólo tener la vejiga llena.