Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

sábado, 21 de mayo de 2016

¿Otras necesidades?




  ¿Qué querés que te diga? Tengo ganas de decirte tantas cosas pero no quisiera hacer de mi escribir un acoso. Castrado no estoy. Todos mis miembros te recuerdan, of course. La corrección me sirve para andar bien, para jugar un poco, no voy a mentir. Igual, así tuviera toda la libertad del mundo, que de alguna manera u otra la tengo, me guardaría tu nombre. Ahora vos no sos vos: sí, es constante en mí el hablarle a una mujer real, imaginada, irreal o irrealizada... Tomo una frase tuya o que has usado conmigo: "Hay muchas probabilidades en el terreno de los imposibles". ¿Qué pensar? 

  La rubia que mata a la gente. Ese recuerdo tengo de vos. Es terrible pero no deja de ser verdad: no puedo olvidarme de todas las cabezas que dejaste por el camino, allá, al costado de una ruta que lleva a la desesperación, a una periferia de una ciudad ya de por sí periférica. Y vos ahí, con tu mirada clara y humilde. Pero con gotas de soberbia, de exigir siempre más al mundo, de querer perfección más perfección; ser obsesión, mejora, sonrisa, viaje y elevación, el famoso cambio de paradigma del que me hablaste hace instantes.

 La chica de barrio. La chica de los kilómetros, de las distancias, de la bicicleta. La señorita de las tres décadas que se hizo un ejército de soldaditos de barro para que la amen mejor, más y mejor. No disimulo. Son muchos los motivos que me hacen ir en esta visión con vos pero sería largo de enumerar. Aunque, me confieso, el deseo me puede: me derrito, me vuelco, me caigo, me goteo en una frase sin final, una frase que sigo ahora para hacer el juego, para agrandar el pensamiento, para que sea larga, aburrida, densa y colmada de cucharitas y círculos imaginarios; ¿por qué no aprovechar la ocasión para acordarse de los que se hundieron bajo los besos de fuego del Círculo Rojo enemigo de la Patria? Tantas cosas no me gustan. No obstante, veo un sendero seguro que va a todos lados pero que siempre puede volver sobre sí mismo. ¿Por qué habría de quedarme con un sólo libro cuando puedo tener varias bibliotecas y deleitarme en orgía perpetua de textos? Si hago un recorte, espero algo a cambio. La perversión de elegir la forma de vivir y de morir.

  Tengo ganas de desatar torbellinos con vos. Seguiremos hablando. 

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