Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

domingo, 22 de mayo de 2016

Pequeñas esperanzas



  Domingo. Voy por el diario como un burgués que lee noticias de las que no tiene arte ni parte. Veo un niño pequeño encerrado tras las rejas de un edificio, uno entre tantos de los monoblocks de Lugano 1 y 2. Le muestro a la criatura que la puerta está abierta. Me regala una sonrisa inocente de vergüenza y alegría, alegría ante la libertad mentirosa que yo le regalé. Así todo. Voy con la brisa suave y tonta de la mañana y me doy el privilegio de pensar más allá de lo inconmensurable, de verme en otros espacios, de achicar el orbe con un par de párrafos que obran como huracanes devastadores de la totalidad y del humor general. 

  ¿Para qué tener el don de clarividencia si no puedo tomar las cosas del mundo que me gustan? Veo todo. Mis ojos son claros. Puedo ver más allá del mañana y de la mañana siguiente. Y puedo hacer del mañana un ayer podrido en una tienda cualquiera de viejas bobas y rameras enfermas de odio y mentiras. No puedo dejar en suspenso a nadie con un golpe pero tengo el poder de esquivar todo lo que me tiren los otros; voy siempre arriba, volando al lado del sol, con su aliento de fuego, que deja mi nuca más parda que nunca, ahí donde los espacios se arremolinan como una preparación para salir en todas las direcciones.

  Los movimientos se parecen. Veo lo que va a pasar en la partida. Busco una salida decorosa. Quiero abandonar pero tengo que ganar tiempo: el jugador contrario piensa matarme ni bien me dé el mate. Entonces yo, con gran sentido de lo que está pasando, enredo lo más que puedo; estiro y estiro pero no por tablas. Sé que en cualquier momento llega el salvador imaginario vituperado por todos. El mundo se rompe. Caen los planetas y uno, con sus derrotas a cuestas, consigue el milagro de verse libre del plomo ajeno y las miradas de rencor que nunca faltan. Corro. Los pies despegan del suelo. Observo que floto y que nada me importa ya...

  La opción que elegí es hacer letras para no ser solamente un número, una cifra pequeña en un mapa de estadísticas y porcentajes prestos para la eliminación en los campos de concentración de la burocracia. Yo no soy ese 3 mezclado con no sé cuántos 4. Tampoco soy solamente lo que mi padre dejó en mi nombre. Hay algo más.

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