Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

martes, 21 de junio de 2016

Alejandro Olmos



  En este hermoso martes que pasó, ocurrió algo muy curioso: iba en el colectivo rumbo a mi casita. Un señor se había sentado a mi lado y murmuraba cosas. Pensé que se trataba de un viejo mañoso, de esos que tanto rompen las pelotas por ahí, cornudos resentidos que van por la vida generando enemistades por doquier. Primero me pregunta si yo tenía que ir lejos, así, de la nada. Yo le dije que sí. No me molesta hablar con extraños en la calle o en el transporte público, soy un muchacho grande, voy casi para los treinta. No me intimida un desconocido. Bueno, luego la cosa va por el lado del fútbol, del partido de Argentina por la Copa América. Yo contesto: "Me gusta el fútbol pero no la Selección. Ya con lo que pasó el año pasado en Chile, quedé trastornado. Aunque reconozco que en el último Mundial, con Mascherano, el equipo puso huevo, actitud. Eso es lo importante. Te digo la verdad, soy más de River que otra cosa." El cincuentón, no era tan viejo, le miré la cara con detalle, sonrío y, al llegar a San Pedrito, me busca con la mirada y se queda muerto en mis ojos. "Te cambio de tema ahora. ¿Escuchaste hablar de Alejandro Olmos?" Antes de tan grata sorpresa, adoro la política, yo pensé que se me venía un interrogatorio clásico de tipo de la calle: "¿Tenés novia?" "¿Cogés mucho?" "¿La tenés grande?" "¿Laburás?" "¿Estás buscando algo?" El trayecto que hace la línea 141 de Caballito a Puente La Noria no justifica la búsqueda de una conversación así porque sí, no es que uno va en el 338 de San Isidro a La Plata y te entretenés con el primer loco que te da parla. Cuestión que me gustó el tema que me sacó el hombre. "Sí, lo conozco, es el que se dedicó a investigar la deuda externa y demostró que es ilegítima." El pasajero misterioso se entusiasmó. Yo también. Nos entendimos fácilmente. 

  Él me preguntó si yo era de izquierda. Me vio barbudo y pelilargo y me creyó guevarista. La pregunta fue con tacto, respeto y humildad. Yo sonreí y le dije que no tengo problemas en hablar, no es nada que me afecte personalmente. Le dije la verdad: "Me considero católico y peronista. No puedo ser muy marxista que digamos. Soy de la línea del Papa Francisco". Ahí nomás le tiró a rosas a Bergoglio. Y me comentó que la pregunta sobre mi filiación ideológica viene a raíz de que "los chicos en las mesitas de izquierda lo leen mucho a Olmos, por eso te decía". 

  Desde ya, como buen argentino, me parece bien que alguien como Alejandro Olmos haya investigado el tema de la inmoral deuda externa y eterna. Ahora, ¿por qué justo a mí me saca el tema? Me pareció raro. Rubén, así me dijo que se llamaba, se bajó en la zona de Parque Avellaneda (dijo que bajaba en Floresta pero es una confusión típica de porteños y no porteños correr los límites de los barrios). Antes, pasamos por el Puente Lacarra y vimos una iglesia. Ambos nos persignamos, como Dios manda.  

  Le confesé que nunca lo leí a Olmos. En verdad, lo tengo como referencia y sé quién fue pero debería leer su obra al igual que la de pensadores nacionales como Scalabrini Ortiz o Jauretche, lo reconozco. La primera vez que oí hablar de Olmos, cuando yo era chico, creo que tendría doce años, vi en un noticiero que a Rivadavia le habían cambiado el nombre. Sí, adivinaron: "Avenida Alejandro Olmos". Luego de hacer unas averiguaciones, en el noticiero dijeron quién fue nuestro héroe y qué hizo y, a su vez, como para dar contexto, comentaron que Bernardino Rivadavia fue el primero en endeudar al país (empréstito de la Baring Brothers). 

  Antes de que el hombre se bajara, le pregunté si él va por la vida predicando a Alejandro Olmos. Me dijo que sí, que fue un genio y que también sigue al hijo. Me gustó también que le sacó el cuero a Macri, Larreta, Lanata y compañía. Fue divertido. Me parece muy loable que haya un misionero de nuestra soberanía económica. Dios quiera que llegue a todas partes con su mensaje de libertad y justicia social. Yo ya puse mi granito de arena al compartir ésta que es su historia y, también, la de todos nosotros, argentinos... 

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