Chiste de pésimo gusto

"Ya está a la venta la mujer ideal. Inventada por un científico japonés con la ayuda de hombres de todo el mundo, este artefacto revolucionario permitirá a los hombres disfrutar de una mejor compañía al más bajo precio. ¡Más barata que una mujer real y más bonita que una señorita de veinte! Ella no pide nada de nada: no conoce los dolores de cabeza, no pide ir de shopping, no tiene ideas feministas, nunca dice "no" y siempre está dispuesta a divertirse. Sólo requiere una recarga eléctrica cada día para darte la satisfacción que ni un harén puede brindarte. "

  Vi este aviso y me entusiasmé. No por la chica en sí ya que no tengo diez mil euros para comprarla. Me interesó el tema de la inteligencia artificial y le pregunté al revendedor para Latinoamérica cómo hizo posible que una máquina piense. Este distribuidor regional es un argentino hijo de alemanes cuyo apellido es Schopenhauer. Me dijo que yo era un ingenuo porque las mujeres no piensan y dotarlas de pensamiento es muy grave y contranatural. "Es de cabeza hueca como una chica real". Así me dijo este hombre escéptico, pesimista y repetidor de las consignas de su ilustre tocayo.

 Me interesé tanto por el tema que empecé a indagar más todavía. Le pregunté a Schopenhauer una cosita más por teléfono: "¿Qué aportó la Argentina para la consecución de la Mujer Ideal?" Él me dijo que el fuerte de la mujer argentina es la cola. Me explicó que nuestras hembras tienen la mejor carne del mundo porque depositan allí toda la sangre (el cerebro está ahogado por la frivolidad según él).No quería quedarme con la opinión de un compatriota desencantado de la vida y le pregunté por correo electrónico a un empresario francés por el aporte galo al proyecto de la chica perfecta. Él me respondió en un castellano duro: "El perfume". Con eso me dijo todo. Ya está. Es importante el aroma y este "franchute" es el representante de "La Mujer Ideal" para la Unión Europea. No es ningún improvisado.

  Todo muy lindo pero quería hablar con un español. Seguramente iba a darme más charla por el idioma en común y la buena relación entre la Madre y la Hija Patria. Él me dijo "chateando" que las españolas tienen los "coños" más ricos y jugosos del mundo. Tuve que cortar la conversación porque ya se me estaba haciendo agua la boca de sólo pensarlo.

  Enterado un inglés acerca de mi investigación por sus colegas extranjeros, me envió una carta a mi domicilio y un folleto donde dice, entre otras cosas, que las inglesas son puntuales al igual que las alemanas. También decía en esa ilustrativa lámina que las turcas tienen las tetas más lindas de todos los planetas. De ahí viene la práctica carnal conocida como "la turca", que consiste en apretar el miembro entre las dos "amigas".

  Me enteré también de que las italianas eran las mejores cocineras. Y las holandesas eran las más simpáticas según las encuestas realizadas en Europa. Al fin y al cabo, toda virtud femenina tendría su reflejo en el invento más grandioso y bello de la historia: ¡La Mujer Ideal!

  Rusia no se quedó atrás y quiso que la mujer ideal sea fuerte y atlética como toda buena eslava. Y los escandinavos todos se juntaron e hicieron un plebiscito para votar por una característica femenina regional digna de ser representada en la mujer síntesis de todas las mujeres: ellos eligieron al rostro nórdico como suprema manifestación de la belleza septentrional. Tenían razón. Una mujer ideal promedio debía tener una carita angelical propia de una linda suequita.

  Los americanos no aportaron gran cosa salvo el histrionismo que caracteriza a sus mujeres. Las yanquis suelen estar inclinadas a la actuación por más malas que sean. Y esto no es un dato menor porque poner a trabajar al aparato genera mucha ganancia. ¡Gran inversión! Diez mil euros por una dama de plástico que terminará recibiendo millones de dolares y un premio "Oscar".

  Los musulmanes, viendo el desarrollo de los acontecimientos, no quisieron quedarse atrás e hicieron que La Mujer Ideal" incorpore la clásica sumisión islámica al marido. Este robot es en todo Occidental salvo en la moral: ella tolera la poligamia, los azotes, el andar tapada todo el día y todo tipo de maltratos.

  Los gitanos no querían perderse esta oportunidad de lucrar y vendieron sus magias negras por miles de millones de dolares: el aparatito "Made in Japan" cuenta con el don de la adivinación. Don que se puede aprovechar para saber el futuro o para estafar a algún vecino distraído.

  La comunidad negra internacional se indignó por no tener participación en el invento más popular de la historia y comenzó a denunciar racismo y discriminación por parte de todas las naciones. Entonces ocurrió que el ingeniero japonés quiso incluir un motivo africano: el sensualismo a la hora de bailar y revolear el cuerpo, el ritmo (a esto hay que sumarle los trajes de leopardo y otras extravagancias de ese estilo). Las negras del mundo entero se sintieron muy orgullosas al saber que son las reinas del "perreo", el "reggaeton" y el baile en general. Además, son grandes cantantes, talentos artísticos inimitables. Una unidad de La Mujer Ideal gana sin sudar cualquier concurso de canto gracias al aporte afro.

  Las lesbianas del orbe entero protestaron por ser esta una invención machista. El ingeniero japonés se apuró a satisfacer el reclamo e hizo que nuestra mujer a batería tuviera el don de la bisexualidad. Todo para satisfacer a ambos sexos y especialmente al masculino que, naturalmente, está inclinado a los arreglos entre tres.

  ¡Hasta la Iglesia Católica puso el grito en el cielo! La empresa japonesa quiso limar asperezas con el Vaticano dándole capacidad reproductiva al androide. Los curas se seguían quejando. Finalmente, los muy inteligentes orientales se dieron cuenta de que a Roma no hay nada que le venga bien. Por esta razón, se le dio a la Santa Sede el uno por ciento de todas las ganancias. Su Santidad saltaba de alegría (Benedicto XVI en ese tiempo, Bergoglio rechazó esta "donación" por considerarla dinero sucio e inmoral).

  La O.N.U. protestó por no haberse llevado a votación semejante iniciativa. Fue ahí que los amarillos le incorporaron una grabación con todos los discursos que eran del agrado de las Naciones Unidas. "Derechos Humanos" repetía la máquina idiota a cada segundo.

Ya me parecía raro a esta altura que los judíos no hayan hecho ningún aporte a la humanidad como de costumbre. Por esta razón, fui a hablar con un rabino. Él me dijo que "la mujer ideal" carecía de una sola cosa llamada "diversión"". He ahí que la comunidad judía internacional expresó que una mujer perfecta debía ser sexualmente apasionada y activa como buena descendiente de Sara.