Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

lunes, 20 de junio de 2016

Fines y finales



 
 El fondo del ayer forrado con el azul de mañanas robadas a la esperanza o al silencio, eso era el anhelo del sueño gastado noche tras noche, allá, donde los espejos se cortan entre sí y las mentes languidecen a falta de una lucidez mejor. Colores, colores. Con el alma en el suelo y los pies en el cielo, con la poesía de vivir al revés para ver con claridad lo recto, lo que dicen que es bien. Al fin y al cabo, madrugadas de peligro habrá para muchos.

  Un afuera sin pies camina la noche con la intención de hallarla viva. Las voces retumban, asesinan. No son eco de vos, lectora, lector, sino fermento de pasados, viudas, cajones, opulencias y letras puestas en agonía para alegría de muy pocos rostros.

  ¿Para qué seguir los rastros? Los ocasos se envuelven en la copa de la soledad y al viento, no al tiempo, al viento que dejaron ir lo atrapó un pájaro que a su vez es cautivo del tiempo y los límites idiotas que impiden ir hasta la desaparición bajo el sol, sobre el polvo muerto de la distancia. Cuando no hay entreveros, surge la posibilidad de irse, degradarse, dejarse absorber por el suelo y esa jornada que lleva en sí la fuerza salvaje del calor y la confusión. 

  Hay, o puede haber, un fragmento de naufragios, una ración de desgracias, un vuelo de lágrimas, un tren de mareas, un fuego líquido e insuperable en el vapor de su verde dorado y acuoso. Falta solamente que resurjan esos lagos flotantes cuyas formas son moldeadas por la mano de un hombre que desea y concibe pasiones magníficas para poblar el imaginario de criaturas de amanecer y sensación.

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