Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

viernes, 3 de junio de 2016

Sueños locos LXIV (Miradas de sol y besos en el aire)



 El domingo por la noche fue la última vez que hablamos, justo antes de que tomaras la decisión de ignorarme por completo, así, de la nada, sin que evento alguno entre nos justificara semejante cambio, cambio brutal como Macri en la Argentina. Una voz me había sugerido, alguna vez, que tus ojos claros le recordaban a Mauricio. ¡Terrible! Nuestro Presidente es un hombre muy bello por fuera aunque por dentro está lleno de inmundicias cuan sepulcro blanqueado. Digresiones a la banquina, al día siguiente, mañana de lunes, te vi, te vi. ¿Te acordás cuando me dijiste, amorcito mío, que soñara con vos, que durmiera para siempre en caso de que vos fueras mejor en sueños que en la vigilia? Te confieso que te prefiero carnal, hecha de barro y piedritas de realidad. Te quiero tocar. Me muero por poseerte en un abrazo fuerte y caliente. Por un lado, bendición que desapareciste. No me podría resistir a vos porque es tanto el amor que tengo para darte, tanto tanto...
  
¿Te cuento cómo fue, mi amor? Antes de eso, quiero decirte un par de cosas, en medio de este dolor que me paraliza los músculos, la inteligencia, la moral y mi sol interno. Creo entender el móvil de tus acciones: querés ser mi musa, querés que escriba en tu memoria, que te recuerde y te haga letras y lamentos. Estoy seguro de que es eso. No veo otra explicación. Es cierto que parece totalmente irracional pero no entiendo por qué yo habría de buscar razón en un mundo que se rige por caprichos, estados de la presión arterial y disposiciones de las subjetividades. Sigo: tu anhelo es verte espejada en varios textos, sentirte admirada y ver cómo un joven perece por una frustración generada por vos. Me has dicho que sos mala y hasta te jactaste de esa cualidad. ¿Qué mejor tributo para una reina que ver a sus esclavos convertirse en eunucos en honor a ella? Y ahí, al pie de su trono, se acumulan multitud de penes y testículos para elogio de una vanidad insaciable, un apetito eterno como el tiempo de Dios. 

  ¿Te pareció bien esa explicación? Yo estoy abierto a tus razones. Con un mensaje me basta. Y luego, la nada, otra vez. Mientras tanto, sería lindo enterarse de tantas cosas. Admito que he pensado verte del otro lado del mundo, así, de la nada. Porque así como vos de la nada me hacés sufrimiento, yo repentinamente puedo devenir sorpresa, magia o lo que vos quieras que sea. A menos que te pinte la loca feminazi y digas que mi presencia, mi simple presencia sin más, sin atisbo de tocamientos ni besos, es abuso y no sé qué cuentos de ese "género". Me imagino en un lento y sereno caminar frente a vos, frente a tus ojos estupefactos, sorprendida al oír una voz de tu tierra con un hola sin acentos complicados, un "hola, ¿cómo te va tanto tiempo?" Vos dura como tu alma, en silencio, paralizada. Un besito en la mejilla. Después, una caricia light en el cuello. Un guiño de ojo. Media vuelta y a seguir con la vida. A mis espaldas, un grito con mi nombre. "¡Alan!" Yo, con un dejo de frialdad, vuelvo la cabeza, te miro, te sonrío y marcho por el camino del deber cumplido. Atrás, tus pasos sobre los míos. Me tomás del hombro y me obligás a darme vuelta. Me encuentro con tus labios desesperados. Tiemblo de felicidad. Trato de no demostrarlo. Tus manos me queman la espalda y la imaginación y nuestras lenguas se asesinan en una batalla sin final. Nada hay en el mundo salvo nosotros dos. Nos vamos. Un paseo por la playa nos espera. 

  Para mí, no sé qué pensarás vos, sería una muestra de afecto hacer ese peregrinaje. Aunque alguno podría decir que es una muestra de obsesión más que de cualquier otra cosa. Es mi versión de El gran Gatsby, me veo como un self-made man que se da una revancha, un gusto que no pudo darse en sus años de pobre. "Persevera y triunfarás". El chico de Villa Lugano en otro lugar, lugar al que se llega en avión. Pequeño gran triunfo. También está la otra versión: "Persevera y serás denunciado por acoso". Yo no voy a hacer nada fuera de la ley. Voy a caminar y a la vida le voy a sonreír. Tengo muchas ganas de jugar, de perderme, de olvidarme de la realidad "prestada" de la que me hablaste alguna vez. Si todo lo que hace a nuestro entorno, la familia, la escuela, el barrio, si todo eso es prestado, entonces yo te voy a regalar algo que sea solamente para vos. Y vos me vas a regalar una noche hermosa que jamás voy a olvidar. Cada vez que pienso en vos, se me incendia la cabeza de fantasías, tristeza, esperanzas y miedos. Siento todo tan revuelto a mi alrededor que enloquezco por dentro sin que nadie logre ayudarme porque lo mío es invisible a los ojos. Hay momentos en los cuales el pánico me paraliza y percibo cómo las cosas que me rodean vuelan y yo quedo a la deriva, en un salto mortal con vista privilegiada a una muerte segura. Voy en caída libre y no puedo parar. Sólo contemplo con vértigo el piso que habrá de albergar mi sangre y mis órganos desparramados. Caer no es lo mismo que volar. Desearía poder aferrarme a algo, a alguien, pero todo vuela, todo se va, todos se van, nada queda más que una montaña de recuerdos cuya escalada me desgasta a cada instante. Y no es que no busque refugio en otros sino que me cuesta encontrar gente como la que se fue o la que está por irse. Me veo en poco tiempo rodeado de unos pocos amigos varones, algunos de ellos amantes de las magias blancas; los veo haciendo chistes sobre objetos que, según su imaginación, son "fálicos". Como siempre, agarrar cualquier cosa de la casa y hacer de cuenta de que es un pene que se acerca a mí, dispuesto a un masaje o un poco de sexo oral. Cosas de hombres. Yo formo parte de ese juego. Es común de muchos hacer bromas rayanas en la homosexualidad, como ese que me ve y que, da la nada, me agarra la cabeza y me la baja en un gesto obsceno que yo rechazo entre risas y empujones. Después está ese otro al que siempre le toco su pecho y sus brazos fuertes y le elogio su figura. Luego me dice que ese cuerpo perfecto es de tanto penetrar a su novia. Es decir, voy camino a una nueva edad del pavo, con muchas pavadas y absurdos de todos los colores. No me veo conociendo chicas de acá a muchísimo tiempo. Me observo limitado a los pibes que conozco y, tal vez, algún que otro vago que se sume al tren de los vicios, el ocio y la soledad en compañia.

 Creo que hoy voy a tardar más en acabar, si no te molesta. Siempre me tomo mi tiempo pero hoy quiero seguir un poquito más, por favor. Porque quiero dejar lo más que pueda, pura catarsis, puro arrastre. Tal vez necesite exorcizarte de mi mente, olvidarte de una vez y para siempre. No necesito mucho para sentir pasión y locura por alguien. ¿Diez veces te parece poco? ¿Una vez es poco? "Para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día." (2 Pedro 3:8) 

 Me hiciste mucho mal, aunque tal vez no fue esa tu intención. Pero, como dije en otra parte vos misma te jactás de ser mala. Una voz, voz de mi yo burgués, del yo que alguna vez seré, un yo de pantuflas, casita con piso de madera y estufa, un yo de gatos y un oso panda en la cabeza, se ha despachado con un pensamiento terrible: "¿Te la imaginás con un strapon? Debe ser una mujer dominante". No voy a decir lo que es "strapon". Tarea para el hogar que vos lo averigües. Aunque imagino que lo sabés y que te encanta, no lo dudo. Por algo tengo don de clarividencia y todas esas voces burguesas y proletarias que revolucionan mi conciencia para que rompa con todas las nomenclaturas y las ciudades del mundo. Y sí, te imagino con un strapon, una espada, sangre en las manos y una mirada perversa.

  Vamos al sueño propiamente dicho, ya estoy por acabar: te vi en una mañana brillante, en un sitio parecido a ese donde vivimos el milagro de conocernos. Vos estabas haciendo lo mismo que la primera vez: eras cajera de un supermercado chino, médica, recepcionista,  policía, peluquera, masajista, abogada o algo por el estilo, para el caso es más o menos lo mismo. Vos me buscabas con la vista. Yo estaba en el fondo de una fila para pagar la compra de alimentos, asesorarme legalmente, recibir un masaje, hacer una denuncia o algo así. No viene al caso mi actividad. Sólo viene a cuento el que nuestros ojos se encontraban pese a la multitud. Alguna vez hubo miradas de sol y besos en el aire en el mes de febrero. Eso fue lo que reviví en mi soñar bendito.

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