Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

lunes, 26 de diciembre de 2016

De reveses



  Es algo sobre otra centralidad, otra periferia, muy distinta, muy. Con el gesto de la paz, con la voz de la noche, se van las horas por pensar en un helado resplandor de terrazas alejadas. Del otro lado, tiempos y tiempos. Y en el medio, orbes cruzados y estatuas maldicientes.

  Sin. Sin. Una noche prende anhelos, fuegos, miradas, desvelos. Las horas siguientes aguardan sacrificios, duelos y batallas de un yo contra un yo. El dilema pasa por encontrar esos rumbos que llevan a mundos distintos. En el fondo, en la superficie y en vos, esa llama invisible que quema el cuello con dolor inexplicable. 

  Un temblor y una duda. Miedo. No hay pasamanos. Todo se hace cornisa, precipicio, llanto, agobio. Sin embargo, y aunque parezca trillado, una esperanza secreta lleva los pasos de un cuerpo sumiso de su alma. Al fin y al cabo, lo incomensurable es el premio de los creyentes. Nada que temer en la fe.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Tarde azul



  La idea burra, el temor: copia, repetición y mezcla. Sinsentido. Temas que consumen temas. Entre andenes y noches, en improvisadas bromas de la vida acabada, con asombro de no pocos, yacen las evidencias de las muertes que anteceden, que dan origen, que despiertan al aire nuevo. El sol se quema a sí mismo.

  La noche abruma. Las cargas se multiplican, las piedras juntan montañas en los hombros de hombres varios. Con gesto resignado, con mirada gastada, van esos perros por la ciudad. En lo hondo de su instinto, una plegaria que anhela un descuido, una desinteligencia de alguna criatura no evolucionada. De fondo, como nada, las llamas.

  Aunquen junten mil abismos, el Hijo del Hombre ha de triunfar en el resplandor de sus siete tardes azules. Ese cuando va a mostrar caminos ignorados por mucho, mucho. Se asombrará la Tierra. Va a temblar el conjunto de las voces, va a sucumbir el dueño de las mentiras. Entonces el mundo podrá ver su momento mejor, su reino consumado encima del reino consumido. Y los siglos serán solamente segundos murmurados por ángeles bellos de humanidad.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Cortes


  Esa tarde soleada no suele aparecer con sencillez. Emerge como por arte de magia en el fragor de semanas oscuras, locas, malditas, depresivas, irracionales. Con vengar por vengar se satisface esa brava jornada por siete. No importa. Dios gana siempre. Incluso cuando pierde.

  Entre rincones y rezos va esa pesada cruz que ilumina entre velas apagadas, cruz del Señor para marcar el camino al sol. No hay mundo. Pero hay. Una luz se enciende en el secreto de Dios en los seres fieles. Fe, fe. Ciega fe. El ciego camina y cree pese a todo.

  El sueño es siempre el mismo: tener la libertad de no tener que mirar atrás. Adelante, adelante aguarda el alba anhelante de rezos y besos, de virtudes y recogimientos en excusas y elogios.

  Pero. Pero. Voces cretinas. No hay objeciones para la totalidad de esa hermosura que aguarda clara en la esperanza de los vivos. El hambre de amaneceres no se discute: se contagia o se comparte.

  Hay otras cosas. Eso es lo que importa.