Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

miércoles, 22 de febrero de 2017

Ostracismo renovado (u otras formas de misantropía)



  Párpados pesados como bolsas de cemento. El cansancio nocturno es una forma de agonía. Los porvenires no inspiran dulces sueños: un progresivo alejarse marca la soledad que se construye instante tras instante. Soledad. Soledad. ¿Qué tan malo puede ser que el águila venza a la serpiente? No queda nadie. No recuerdos. ¿Será que cada tanto hay que reprogramar la vida, formatear todo? La memoria llega a un límite. No hay más capacidad de almacenar. Este tipo de prosas las dice un espíritu bajo, un espíritu de siglo XXI. Cadáveres en el aire.

  Todo se reparte. Te van a salvar la vida más de una vez para que mires en solitario el mar del que te rescataron. Contemplar la que podría haber sido tu tumba ha de ser premio, castigo, consuelo y desconsuelo. Ese es tu destino. Caminar en silencio. Nadie te va a hablar. Ni siquiera te van a ver. En todo semejante a las ánimas que descienden de otros mundos, vas a marchar sin posibilidad física de interactuar con otros. Pero el fuego no te quemará. Las balas ni siquiera te tocarán. Pasarás anónimo entre ciudades ingratas y anhelarás abrazar señoritas sin alma pero ya no tendrás cuerpo. Muerto en vida, recorrerás toda la Tierra y verás atardeceres y mañanas inimaginables. Un sol nuevo te va a sorprender a cada paso, un sol que no podrá nunca más cegarte. Cuando hayas acabado con tu peregrinación, entonces y sólo entonces habrás de descansar en paz al ver que serás las páginas que leerán los que jamás osaron mirarte a los ojos. 
   

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